Los clientes son importantes y la
base de cualquier negocio. No obstante, hay comportamientos que no se deben
tolerar
Cómo ser un cliente educado y con
buenos modales
Los buenos modales los debemos mostrar en todas las facetas de nuestra
vida. Cuando salimos de compras,
algunas veces se nos olvida que como clientes también debemos mostrar nuestra
mejor educación y saber estar. Esa 'superioridad' que algunos muestran como
clientes no deja en buen lugar a las personas que tienen ese
comportamiento.
'El cliente siempre tiene la razón'... hasta cierto punto
Como pago, exijo. Bien. Pero no nos podemos
extralimitar desde el lado del cliente con exigencias fuera de tono. Veamos
algunos consejos de etiqueta que debemos tener en cuenta cuando nos vamos de
compras.
1. Regla de oro: limpios y bien aseados.
Si nos vamos a comprar ropa o calzado y nos vamos a probar esas prendas
o zapatos, por favor, tenemos que ir bien aseados. Esa prendas o
zapatos se los van a probar otras personas y no nos gustaría que olieran mal.
Por lo tanto, nosotros tampoco debemos contribuir a ello.
2. La ropa se deja en el mismo sitio que estaba.
Es, relativamente habitual, ver cómo algunas personas toman
prendas de un sitio y las dejan en cualquier otro lugar. Esto multiplicado
por un gran número de clientes puede llegar a poner patas arriba cualquier
tienda. La ropa debe volver a su sitio o bien se le devuelve a un empleado para
que la coloque en el sitio apropiado.
3. El probador no debe parecer un showroom.
Podemos tomar algunas prendas para llevar al probador. Pero
no es apropiado crearnos un showroom con decenas de prendas, zapatos,
complementos. Hay que ir poco a poco. Si todos los clientes hacen lo mismo,
pueden dejar sin demasiadas prendas disponibles a la tienda.
4. Calcetines nuevos o fundas para probarse zapatos.
Si es posible, no cuesta nada llevar unos calcetines, pinkis
o algún accesorio similar nuevo para probarse los zapatos. Lo que
nunca debe hacerse -además de que es posible que no nos dejen- es probarse
cualquier tipo de calzado sin calcetines. En algunas zapaterías nos pueden
proporcionar una especie de fundas para probarnos los zapatos.
5. Prestar atención al dependiente o vendedor.
Si vamos acompañados debemos atender al vendedor dejando momentáneamente
de conversar con nuestros acompañantes. El omnipresente teléfono celular -
móvil, mejor en modo silencio. No es apropiado estar hablando por
teléfono mientras nos estás atendiendo. Es una falta de educación.
6. Ser honesto no cuesta tanto.
Si tenemos que hacer un cambio o devolución hay que ir con la verdad por
delante. Cuántos vendedores nos podrían
contar decenas de experiencias donde los clientes mienten de forma descarada.
No lo he usado; me lo he puesto solo una vez; ya venía así cuando lo compré,
etcétera, etcétera. Es demasiado frecuente que se utilicen prendas, zapatos y
complementos para un compromiso social y se quieran devolver al día siguiente.
O, aún peor, en días posteriores. Si una prenda no nos queda como pensábamos,
un zapato nos incomoda al ponerlo, etcétera. Se guarda y se cambia. No
podemos abusar del derecho al cambio o devolución. Porque no solo
perjudicamos a la tienda sino a otros posibles compradores.
Un último consejo. Las prendas que se puedan lavar en
casa, que no necesiten una limpieza especial, mejor lavarlas antes de
estrenarlas. Además de perder ese apresto que suelen traer de fábrica, que
para algunas personas no es agradable, nos garantizamos que si ha tenido unas
cuantas pruebas esa prenda, nos la vamos a poner bien limpia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario