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El Empleo es Hoy un “Deporte de Alto Riesgo”

 

Imagen de mohamed Hassan en Pixabay

El empleo que conocemos hoy, y todas las prestaciones que lo particularizan como el sistema de trabajo más extendido desde la Revolución Industrial, tiene poco resto de vida. Esta es una reflexión que ya lleva buen tiempo en el medio, pero se ha vuelto imperativa a partir de los efectos de la pandemia.

El grado de la pendiente en la caída del empleo como sistema de trabajo, se ha vuelto muy agudo. Su desaparición formal ya es cosa de unos años. Las exigencias de productividad y competitividad que enfrentan las organizaciones, no pueden sostenerse con el modelo vigente. Un mundo devastado económicamente por un virus invisible, precisa cambios en las relaciones laborales.

Ahora bien, el problema principal no es éste. El drama se encuentra en la mente de millones de personas, para quienes el empleo es la “única” forma seria, responsable y segura de generar ingresos.

El mundo sobrevivirá a sus desafíos, seguro, pero mucha gente quedará lastimada en el camino.

No es que profesionales, técnicos y otros trabajadores del sistema, ignoren el carácter de los cambios. No solo lo conocen y entienden, también lo viven de cerca. El problema es que les cuesta aceptarlo y actuar en consecuencia.

El empleo es parte de una cultura ancestral.

Es posiblemente el componente más importante de la vida en sociedad de las últimas quince generaciones de personas en esta tierra. El niño que temprano despierta a la consciencia, escucha del empleo de sus padres (y lo que esto significa), antes que otras realidades del mundo que habitará.

Ése mismo niño es luego formado para acceder con ventaja al sistema y prevalecer en él. Casi toda la educación que recibe está orientada a ello. Esto es así desde el tiempo de la antigua Prusia. En realidad, en este mundo existe un sistema de vida que se hace funcional para el empleo, nada menos.

Muchos piensan que el empleo es algo que buscan las “personas normales”, aquellas que (obviamente), favorecen criterios de seguridad y estabilidad, para sí mismos y sus familias. Trabajo y empleo se consideran casi sinónimos en ésa realidad que formó la Revolución Industrial en la segunda mitad del siglo XVIII.

Pues bien, de eso ya queda poco, y todos tendrán que entenderlo a la brevedad.

El empleo ya no tiene ninguna correlación importante con la seguridad o estabilidad de los ingresos. Sus rendimientos financieros son muy bajos, y las prestaciones que solían valorarse (seguridad social, jubilación, capacidad de endeudamiento), pueden desplomarse a mediano plazo.

Buscar y depender de un empleo se está volviendo igual que practicar un deporte de alto riesgo. La probabilidad que las cosas terminen de manera muy diferente a lo que se espera, es muy alta.

El imperativo de construir una distinción profesional exige talentos laborales que ya no pueden maximizarse en el empleo. Cuando una persona coloca sus servicios a disposición del sistema, hace tan buen negocio como el que tendría Coca Cola abriendo una fábrica en el vecindario y vendiendo sus productos solo en el barrio. El empleo paga muy poco a la gran mayoría de sus dependientes.

Siempre hubo muchas razones técnicamente sustentables para no considerar el empleo como la mejor opción de ingresos personales, pero ahora se suma a esto el avance tecnológico y el tipo de mundo que ha dibujado la pandemia.

La tecnología está cambiando el carácter de los negocios en el nuevo siglo. El mundo virtual está desplazando al físico en grandes porciones de la economía global. Estos nuevos negocios precisan de individuos con talentos particulares, conductas flexibles, disposición emprendedora, poca aversión al riesgo, creatividad, mente innovadora, espíritu rebelde.

Ninguna de estas cosas se fomenta en el empleo.

Las personas que hoy tienen entre 40 y 60 años son las más vulnerables. Han apostado mucho por el sistema convencional y posiblemente enfrenten severas crisis a medida que su mundo cambie de ritmo. Los fondos de jubilación ya no están seguros. Los aportantes son cada vez menos, y la disposición que se hace de esos recursos justifica el tratamiento de muchas crisis de corto plazo.

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Las personas menores de 40 años están en el medio del “sandwich”. Por una parte siguen recibiendo la influencia de la educación convencional y por otra se dan cuenta que las cosas son ahora muy diferentes. No es una posición cómoda para hacer una buena apuesta de futuro.

Ahora bien, la solución no radica en hacer de otros sistemas de trabajo un nuevo paradigma. Los auto-empleados, emprendedores o inversionistas forman parte de categorías que no pueden sustituir repentinamente a millones de seres involucrados con el empleo. Y es que éste mismo seguramente no desaparecerá como categoría, más bien que cambiará radicalmente.

La solución es un asunto de procesos mentales, de percepciones, convicciones y creencias.

Los profesionales de la “nueva normalidad” deben poseer una mente amplia, abierta a todo y sin ningún tipo de ataduras. Tienen que ser críticos profundos y ecuánimes de su realidad, rebeldes respecto a cualquier dogma o imposición cultural. Ya no pueden asumir ningún tipo de formato.

El conocimiento evoluciona a tal velocidad que es imposible que un título o diploma pretenda aprehenderlo. Los pergaminos que orgullosamente se colgaban en una pared tienen la misma utilidad que una foto de la familia en la infancia. Quién no tiene ahora la capacidad de aprender y desaprender permanentemente, poco puede decir que conoce. El mundo está volviendo a ésa época remota en que los aprendices eran los verdaderos profesionales.

Las personas deben convertir su profesión en un activo específico y muy competitivo. Tienen que ser un Negocio en sí mismos. Poseer conciencia plena y control sobre lo que producen y venden. Y posiblemente el orden sea inverso, porque todo profesional que no sepa “venderse” apropiadamente, en poco aprovecha el talento que posee.

La democratización del empleo y las relaciones laborales transnacionales están ampliando las dimensiones del mercado laboral. Pero aprovechar las oportunidades demanda un nuevo formato mental en todos los que han sido formados suponiendo que el empleo convencional era el fin que justificaba la existencia.

Una persona en un lugar remoto del mundo puede hoy trabajar rentablemente para una Organización situada a miles de kilómetros de distancia. Pero incluirse en esto demanda un profundo cambio de pensamiento y actitud. Para el empleado convencional, esta puede ser una experiencia similar a la del cachorro de la casa cuando se lo deja al borde de una avenida. La probabilidad que termine atropellado es muy alta.

Por esto el empleo se asemeja hoy a la práctica de un deporte de alto riesgo. Es precisamente lo opuesto a lo que considera el pensamiento convencional. Es muy inseguro y de corta vida.

Para “surfear” estos cambios sería bueno dejar de enfocarse en un “curriculum vitae” y preguntarse qué se sabe hacer. Olvidar un poco la historia de los conocimientos que se posee y reflexionar sobre lo que se hace mejor que los demás. Luego darle a esto la forma y estructura de un Negocio, porque eso es lo que todo profesional debe ser, de inicio y en definitiva: un Negocio.

Pensando así también hay gran posibilidad de comprender que la vida y el mundo no se resumen en un empleo (porque de esta forma han vivido decenas de generaciones previas). Intercambiando productos y servicios por dinero en lugar de tiempo, las personas finalmente incrementarán su calidad de vida. Y ésa es una buena noticia para todo el mundo.

El sistema del empleo está viviendo su trance final. Mientras más rápido se asimile esta realidad, menor será la crisis de adaptación que se deba enfrentar.

No son malas noticias, son simplemente representaciones de la realidad.

Por otra parte, muy bien está dicho que la realidad es neutra y uno le coloca el matiz que quiere. Si éste aun lo vincula con la idea de que el empleo es la opción más segura y estable de ingresos, ¡buena suerte! Está usted practicando un deporte de alto riesgo.


Fuente: https://elstrategos.com/el-empleo/


 

5 Mitos Alrededor de los Suplementos Alimenticios

 

Image by Ben Kerckx from Pixabay

Que si en realidad no sirven hasta que reemplazan una comida: mitos y realidades de los suplementos alimenticios.

Históricamente, los suplementos alimenticios han sido el centro de atención de debates e investigaciones diversas en torno a la seguridad y beneficios al consumirlos.

Es importante saber que éstos cumplen la función de complementar los nutrientes de una alimentación balanceada. El objetivo básico de los suplementos alimenticios es aportar nutrientes que en momentos puntuales o por circunstancias especiales no estén consumiendo en cantidades suficientes.

Es por esto que recientemente ha cobrado protagonismo en redes sociales la discusión acerca de los ingredientes que constituyen a las proteínas; qué tan puras o limpias son. Por ello, la nutrióloga del equipo de Fútbol Pachuca, Elisa Ceñal, comparte cinco mitos comunes acerca de las proteínas y sus realidades para quienes buscan mejorar su rendimiento físico.

5 mitos alrededor de los suplementos alimenticios:

Mito #1: La proteína whey es un producto poco efectivo

Falso. Estos suplementos alimenticios son productos que contienen casi en su totalidad proteínas. Éstas tienen propiedades funcionales, recuperadoras y estructurales, y representan del 15-20% de la masa corporal total.

Mito #2: La proteína sólo “infla” los músculos

Falso. Los batidos de proteínas aportan nutrientes para el cuerpo, incluyendo los músculos. Por sí sola, la proteína no aumentará la masa muscular, es necesario realizar actividad física y tener un superávit calórico (comer entre 300-500 kcal más de lo que necesitas) para lograr el crecimiento de los músculos y es ahí donde la proteína hace su parte al brindar los nutrientes necesarios y ayudar a alcanzar el aporte energético y de macronutrientes para esto.

Mito #3: La proteína en polvo está llena de químicos

Falso. La proteína aislada se obtiene tras un proceso de filtración de productos lácteos en el que se eliminan las grasas, lactosa y otros elementos propios de la leche, para obtener únicamente la proteína. Los suplementos de marcas con certificaciones internacionales como Informed Sport, están compuestas por arriba del 90% de proteína con un grado de pureza muy alto.

Mito #4: Es un producto “ilegal” para los deportistas

Falso. Las marcas reconocidas se preocupan por incluir en sus procesos ingredientes que son legales y permitidos por la Agencia Internacional Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés) y someten sus productos a procesos de certificación ejecutados por laboratorios que avalan que tanto su fabricación como sus componentes son seguros e inocuos para atletas de competencia.

Mito #5: Los suplementos nunca son necesarios a pesar de hacer mucho deporte

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Falso. Lo primero es priorizar el tener una alimentación adecuada, sin embargo, si cada vez se exige más en el deporte puede ser que a través de la dieta no se alcancen los aportes necesarios de ciertos nutrientes y es ahí cuando se pueden usar los suplementos para muchos aspectos como ayudar a alcanzar los objetivos de composición corporal, ayudar a que se incremente el rendimiento deportivo, acelerar la recuperación de los músculos y también a tener diferentes opciones para facilitar las comidas en el pre-inter-post entreno.

Existen en el mercado muchas variedades y presentaciones de proteínas, entre las más populares se encuentra la “proteína de suero aislada”. Ésta tiene características muy particulares entre las que destacan:

  • Mayor costo debido a una mayor filtración para aumentar el contenido de proteína (el 90% del peso del producto).
  • Proteína de alto valor biológico que constituye el 20% del contenido de la proteína láctea.
  • Alto contenido de aminoácidos de cadena ramificada, incluida la leucina.

Es importante considerar que algunas proteínas en polvo contienen componentes innecesarios, y que algunas veces pueden estar contaminados o contener ingredientes que no son reportados en las etiquetas lo que representa un problema para el consumidor.

Lo ideal en este caso, es que los productos sean elaborados únicamente con proteína lactosérica aislada e ingredientes naturales para dar sabor, como cacao o extracto de vainilla.

Lo anterior es una razón para que los fabricantes se sometan a procesos de certificación que garanticen su inocuidad y seguridad. Cada lote de fabricación de productos Soccer Supplement® es probado y avalado con la certificación Informed Sport® otorgada por el laboratorio internacional LGC®.

Acerca Soccer Supplement

Fundada en Inglaterra en 2017, Soccer Supplement® es una empresa global recién llegada a México, especializada en la creación de fórmulas científicas y suplementos alimenticios para potenciar el rendimiento de jugadores de fútbol y cualquier atleta que busca un mejor desempeño.

Todos los productos Soccer Supplement® son avalados por el programa Informed-Sport® del laboratorio internacional LGC quienes certifican su calidad, inocuidad y ausencia de sustancias prohibidas para los deportistas profesionales.

En México los productos se encuentran disponibles en GNC, Amazon Marketplace, Mercado Libre y en su página web www.soccersupplement.com.mx. Próximamente también estarán en Mercado Libre en el programa “Celebrities”.


Fuente: https://megaricos.com/



Este es el Día que Cambiará su Destino…

 

Image by Joshua Woroniecki from Pixabay

Cambiará su destino el día que decida exigirle a la vida, con toda convicción y energía, lo que se merece. Pocos hacen esto. Verá, la mayoría de las personas tienen baja conciencia de sus merecimientos, y casi nadie posee el coraje de enfrentarse al destino y establecer un punto irreversible de inflexión.

Los merecimientos se alcanzan con inteligencia, sacrificio, esfuerzo y dedicación. Si nada de esto se ha invertido para alcanzar lo que se desea, no hay mérito y nada que exigir. Por lo tanto, y para empezar, nadie cambiará su porvenir si no ha dejado la piel en aquello que quiere.

Ahora bien, el problema habitualmente no es éste. Es más común el caso de personas que tienen méritos pero no toman la victoria que les pertenece. Correcto, ¡no la toman! Transitan por allá resignados a lo que les toca, levantando las manzanas que caen del árbol, sin hacer el esfuerzo para alcanzar las ramas y extraer la fruta.

Esperan que los méritos sean suficientes para que la vida les otorgue el premio que quieren, y en tanto no es así, se resignan a vivir con lo que hay: medias victorias y galardones mediocres. Son dueños de la torta, pero solo comen los mendrugos.

Hay que entender algo con claridad: no solo es necesario arduo trabajo para construir méritos, también lo es para tomar el premio. Si tiene todos los merecimientos pero se conforma con poco, no cambiará su destino.

Bien lo decía John F. Kennedy: “el conformismo es el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento”.

Y conformistas son los que viven con menos de lo que merecen. Son águilas que caminan porque tienen temor o pereza de expandir las alas que poseen. En realidad la mediocridad no está relacionada a lo que se es, más bien a lo que no se quiere ser. Luego, si se tienen los méritos y no se vive en términos de ése valor, se es un conformista de los criticados por Kennedy.

Nadie, nadie en esta vida debería conformarse con menos de lo que merece. Esto involucra trabajo para construir valor, pero también para vivir de acuerdo a él. Así se puede transformar el mundo, porque se le otorga calidad y se destierra lo mediocre.

Cuando usted disponga el final de un estado inmerecido de vida, cambiará su destino. Cuando levante el puño y decida vivir a la altura del valor que ha construido, el mundo le dará el espacio que le corresponde. ¡Solo uno mismo puede dar ése paso!

A la vida se le arrebatan los galardones, ella no regala nada. Y esta no es ninguna fatalidad. La vida misma es el regalo por excelencia, luego todo lo demás debe conquistarse. Hay que tener coraje para tomar el premio que se desea.

Si el objetivo es grande, el esfuerzo es mayor. El costo de escalar una colina está en función del tamaño que posee. Querer alcanzar la cima sin hacer el viaje es una necedad, pero es peor conquistarla y no colocar bandera en ella y habitarla con pleno derecho.

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Construir méritos es difícil, pero no vivir de acuerdo a lo que ellos valen, es un acto conformista, una conducta mediocre y cobarde. ¡Hay que decirlo! Transitar la vida sin extraer y dejar en ella lo que se merece es una falta imperdonable.

Cambiará su destino el día que DECIDA hacer efectivo el cheque que ha ganado. Lo tiene en su poder. Ha hecho los méritos para poseerlo, pero es solo un papel en tanto no lo cobre.

Si no exige a la vida el valor que tiene, incluso hubiese sido más inteligente no hacer mucho esfuerzo para acumular méritos. Es tan simple como eso. Nadie juzga a un perico porque no vuele como un águila, se juzga al águila cuando decide tener la vida de un perico.

Nadie le dará el valor que merece si usted no se ha valorado primero. La gente paga por lo que ve en la etiqueta que se le muestra. Si uno mismo decide colocarse un precio bajo, ése será cancelado.

Ahora bien, no desperdicie energía tratando de cobrar más de lo que valen sus merecimientos. Ello caerá por su propio peso, más temprano que tarde. Pero nunca exponga un valor inferior al que realmente posee.

Este es un mundo cada vez más lleno de gente infravalorada por disposición propia. Inicialmente insegura de sí misma, luego temerosa de exponer su valor, y finalmente cómoda y conforme con lo que la vida le da.

Cambiará su destino el día que deje ése empleo que no le retribuye su genuino valor. Cuando salga de una relación que no lo merece. El momento que ponga un alto a la falta de respeto o la humillación. Cuando no se resigne a lo que tiene y vaya por lo que quiere. El momento que entienda, finalmente, que la vida es una promesa de abundancia integral y no de limitaciones y necesidad.

No es un asunto de ego. Éste probablemente dirá siempre que usted vale más de lo que sus méritos indican. Es más bien un asunto de honestidad, consigo mismo y con la vida. La supervivencia del mundo precisa lo mejor que puedan darle los seres que lo habitan, nada menos.

Deténgase un momento ante el espejo y pregúntese con toda honradez si se encuentra contento con la vida que tiene. Esto no es ridículo o intrascendente, es absolutamente vital. Si la inconformidad responde a una falta de méritos es momento de empezar a construirlos, con esfuerzo y dedicación. Si los méritos existen pero no la satisfacción, llego el tiempo de tomar la firme decisión de no infravalorarse nunca más, ante nada ni nadie.

Ésa decisión, la de respetar y hacer respetar el valor que tiene, será la señal que cambiará su destino.


Fuente: https://elstrategos.com/cambiara-su-destino/


El Emprendedor Autosuficiente no Existe. Eso es un Mito

 

Image by Alterio Felines from Pixabay

El emprendedor autosuficiente, ése que se ha hecho a sí mismo, contra viento y marea, sin la ayuda de nadie más, no existe. Eso es un mito. El emprendedor es uno de los profesionales más dependientes que hay, y su éxito radica en ser exquisito gestor de sus propias dependencias.

Dependencia de las oportunidades.-

Es correcto afirmar que los emprendimientos exitosos son oportunidades de negocio que se han capitalizado en el mercado. Pero por ello mismo es cierto que ellas se encuentran, no se crean.

El emprendedor es como el experimentado marinero que gobierna su velero en medio del mar. Puede hacer muchas cosas con su nave, pero no produce el viento que infla sus velas ni anula el temporal que la amenaza.

Todo emprendimiento es la historia de una oportunidad que supo ser aprovechada. En esto siempre hay una gran proporción de habilidad, pero también de fortuna.

El emprendedor autosuficiente, que teóricamente construye sus propias oportunidades y nunca depende de nada más, es un cuento de feria. Siempre existe un evento, una persona, un consejo, un comentario, una noticia que activa la inspiración y ayuda de cierta forma. Que ésa “chispa” sepa aprovecharse bien es algo que sí responde a las virtudes del espíritu emprendedor.

Los emprendedores efectivos no son más de 3 por cada 100 personas en una comunidad. Esas 97 personas restantes pocas veces tienen la disposición de buscar y aprovechar oportunidades como lo hace un emprendedor. Que de ellas surja la idea del emprendedor autosuficiente puede entenderse, pero que él mismo lo crea es un gran equívoco y una a la falta a la verdad.

Dependencia de la educación y el conocimiento. En esto no existe el emprendedor autosuficiente.-

Pocos oficios precisan de mayor educación que el emprendimiento, aunque la lógica popular asuma lo contrario. Esta afirmación no hace necesariamente referencia a la educación convencional, pero tampoco la excluye.

La educación produce conocimiento, y sin éste ningún emprendedor triunfa en el establecimiento de su negocio. Y menos aún en las bravas aguas del mercado.

En realidad, nadie conoce lo que desconoce, y muchas veces igualmente se ignora  lo que sí se conoce. Develar estas incógnitas depende de instrucción y ayuda que pueden proporcionar personas con mayor experiencia. Un Coach, mentores y maestros son indispensables en la vida “entrepreneurial”. En mayor medida que en otros oficios. Esta es una dependencia que anula el mito del emprendedor autosuficiente.

El Coach ayuda con el establecimiento y consecución de metas, el mentor orienta sostenidamente en el tiempo, y maestros debieran ser consideradas todas las criaturas con las que se interactúa. Solo de esta forma existe una educación permanente y adaptada a las circunstancias.

El emprendedor que no se educa todo el tiempo es solo una estrella fugaz que se pierde rápido en la inmensidad del firmamento. Y la educación depende mucho de la participación de terceros.

Dependencia de contactos y relaciones.-

Todo emprendimiento es siempre un acto de carácter social. Emerge como resultado de la participación e interacción de varios individuos. Ciertamente hay que reconocer iniciativas y liderazgos, pero el producto final es parte de algún tipo de esfuerzo colectivo.

Los contactos y relaciones del emprendedor no solo sirven para enriquecer ideas y modelos de negocio, también para hacerlos efectivos en el mercado. Emprendedor es quién activa un negocio, y esto siempre requiere de la participación de alguien más.

Socios, inversores, financiadores, operadores, el alter-ego, etc. Todos forman parte de la función que se desarrolla en el mercado. Considerar la existencia del emprendedor autosuficiente ignora una necesidad básica.

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Es cierto que en términos de responsabilidad el emprendedor padece un importante grado de soledad, pero en el afán de hacer viable su proyecto necesita de una importante red de soporte.

Al final de la historia es bastante de cierto ése adagio popular: “más vale un amigo en el Banco que un Banco amigo”.

Entre las relaciones de las que depende todo emprendimiento también son vitales las de carácter familiar, porque si ellas no proporcionan básica estabilidad para el ejercicio de las tareas, todo puede derrumbarse desde el interior.

Dependencia de inversores.-

Otras personas invertirán finalmente en el emprendimiento. Si no fuese necesario en la etapa de formación, seguramente lo será en un eventual escalamiento.

Una de las dificultades más importantes de los emprendimientos es la escasez de fondos para ejecutar el proyecto. Esta es otra dependencia que destrona el mito del emprendedor autosuficiente.

Es, adicionalmente, una de las dependencias más difíciles de gestionar, porque con ella se juega el patrimonio y el futuro del emprendedor.

Dependencia de consumidores y clientes.-

Posiblemente la dependencia por antonomasia. Sin la venia de los agentes del mercado no existe ningún emprendimiento exitoso.

El cliente es juez inapelable de la propuesta que se efectúa en el mercado. Se depende de su veredicto para prevalecer. Trabajar esta dependencia es la historia de vida de cualquier actividad entrepreneurial.

Quién se considera un emprendedor autosuficiente casi siempre comete el error de creer ciegamente en sus propias verdades y presunciones. Adopta una visión holística en sus sistemas de gestión e ignora conscientemente las particularidades del mercado. Esa es una receta infalible para el fracaso.

Las viejas afirmaciones de que el cliente es el único jefe y “siempre tiene la razón”, siguen siendo consejos de inapreciable valor, más allá que se intente inscribirlos en criterios relativistas.

Emprendedor autosuficiente. Un paradigma equivocado.-

Esa lógica de presentar al emprendedor como el paladín de la independencia económica y el único dueño de su destino, es solo una banalización de la realidad.

Es cierto que el emprendimiento constituye la mejor opción para la generación de ingresos y maximizar el potencial profesional. También es verdad que sin la actividad emprendedora no prosperan las estructuras empresariales que soportan la salud económica de los pueblos. Pero desde allí a idealizar la soberanía del emprendedor hay mucho desacierto.

No existe emprendedor autosuficiente. Todo lo contrario. Esta es una historia de múltiples y complejas dependencias, por eso no está habilitada para cualquiera. Se precisa mucha habilidad y carácter para surcar aguas que están disputadas por múltiples intereses. Y nada de esto se consigue con soberbia o altivez.

Y por si todo lo anterior no fuese suficiente, todo emprendedor se enfrentará finalmente a la dura realidad de vencer su propio ego para alcanzar la victoria. Puesto que no existe peor jefe que uno mismo ni dependencia mayor que aquella que se tiene con la propia psique y los pensamientos y emociones que emergen cada instante de la vida.


Fuente: https://elstrategos.com/emprendedor-autosuficiente/



 

Del Apuro de la Vida, Breve Reflexión Existencial

 

Photo by Min An from Pexels

Ya hace mucho tiempo que los seres humanos sobre el planeta no se comunican por medio de cartas, a menos que sea para notificaciones formales en materias que así lo consideran necesario.

Era usual que una carta modelo empezara, «Te escribo estas líneas en la esperanza de que todos se encuentren bien»…

Había ajedrecistas que se carteaban las jugadas, y de esa forma desarrollaban partidas que duraban su tiempo. Cada jugador vivía la expectación del arribo de una nueva carta para enterarse el siguiente movimiento de su contendor.

El mundo cambió, de las misivas pasamos a los faxes, de los teléfonos fijos residenciales, llegamos a los teléfonos móviles o celulares, cuyo número ronda los tres mil millones en uso sobre el planeta y sigue creciendo.

De la siempre fiel maquina de escribir nos llegamos al computador personal. Es imposible hoy en día encontrarse con textos impresos que tengan tachaduras, borrones o líquido para borrar letras.

Con la maquina de escribir, el escritor tenía que ser más cuidadoso al escoger y tipiar la palabra deseada, ya que corría el riesgo de comenzar de nuevo su explayado discurso.

De las salas de cine, emigramos a las antenas parabólicas, el betamax, VHS, DVD y la televisión por cable a los sistemas de transmisión por streaming.

Así las cosas, fuimos dejando la tranquilidad que nos proporcionaba el decurso natural del tiempo, por la eficacia y productividad que nos prometía la inmediatez de la información o los contenidos.

Existen intelectuales que han desarrollado el tema desde vertientes diferentes, pero siempre convergentes, por ejemplo, Carl Honore en su obra “Elogio de la lentitud” quien se plantea "¿Por qué tenemos siempre tanta prisa? ¿cómo se cura esa auténtica enfermedad que es nuestra actitud ante el tiempo? ¿Es posible, e incluso deseable, hacer las cosas con más lentitud?"

El autor místico Eckhart Tolle en su libro “El Poder del Ahora”, lo desarrolla desde el mundo mental y espiritual, buscando la solución al apuro en la vida en el hecho cierto de “que la mente es enemiga de la iluminación y que los individuos contienen la fuente de su propio dolor.”

El avance tecnológico, ha creado una dependencia en nosotros por la velocidad y la disponibilidad ante nuestros semejantes de las 24 horas del día.

Creo, para culminar, que, si manejáramos con racionalidad y conciencia, estos dispositivos electrónicos de la vida moderna, lograríamos reducir la prisa que nos apremia y las enfermedades que adosadas vienen con el estrés.

Autor: Miguel Angel Moreno Villarroel


 

El Idioma Español una Deuda Global a Saldar

 

Foto de Olya Kobruseva en Pexels

Estoy disfrutando de un programa acerca de la naturaleza, la campiña, la flora y la fauna española, narrado correctamente por un locutor hispanoparlante y, repentinamente suena al fondo una canción rocanrolera en idioma inglés, terror…pienso inmediatamente, “Esto no puede ser, apreté un botón del control remoto por error y he llegado a un programa anglosajón”.

¿A cuántas personas les ha sucedido este evento tipo poltergeist?

Talvez la respuesta sea millones de millones, sorprendidos en su ensueño de disfrutar de una correspondencia entre lo que están viendo sus ojos y lo que escuchan sus oídos.

Sí, los telespectadores esperan que la sensatez cultural idiomática sea la regla; mas nunca la excepción en el desarrollo de los contenidos de las televisoras de habla hispana a nivel mundial.

Ahora bien, también se observa este error idiosincrático en otras latitudes y esferas idiomáticas. Así, por ejemplo, he podido ver series en los sistemas de emisión por streaming producidas en Galicia, Polonia, Islandia, en las cuales algunas no aceptan el doblaje anglosajón y, sin embargo, vuelven a caer en lo que considero el craso error de colocar canciones de fondo en idioma inglés.

No entiendo, ¿será que el idioma español no sirve para nada?, ¿será que sentimos vergüenza de la música en español?, o ¿consideran estas tele productoras que con esa música logran mayor proyección mundial? Porque, si eso es así, entonces basta con doblar todas sus producciones en inglés y listo, objetivo logrado.

Reconozcamos el valor de nuestro idioma materno, manifestemos nuestro descontento y trabajemos para saldar la deuda global que tenemos con nuestra lengua.