¿Conocer o dominar el idioma inglés? La respuesta es simple: se debe tener un DOMINIO FUNCIONAL del idioma inglés. Los fundamentos de esta afirmación son los que se tratarán en la presente publicación.
El entendimiento profundo de todo esto, parte de reconocer que en el Mercado no existen elementos de mayor valor que las ventajas competitivas, puesto que sin ellas no es posible destacarse y hacer prevalecer los intereses profesionales o del negocio. Las personas y organizaciones deben extremar esfuerzos para alcanzar diferencias que les permitan sobresalir. La competencia en mercados globales demanda fortalezas integrales.
El profesional que desconoce esta realidad no tiene grandes oportunidades. Bien sea en la construcción de su carrera, su negocio o su marca personal.
Los estudios convencionales no son garantía de nada en tanto no sintonicen con la realidad que se vive. El conocimiento no es suficiente si no se acompaña con destrezas personales y se reviste de la actitud apropiada.
Esta no es la era del conocimiento, es la era de la inteligencia. No es la persona instruida la que prevalece, es la persona inteligente. Aquella que suma al conocimiento destrezas, e inserta el conjunto con ventaja en una realidad condicionante como lo es el mercado.
El desarrollo de habilidades o destrezas difiere de las aptitudes. Éstas últimas tienen origen personal definido, en cambio las primeras deben construirse más allá de la vocación o la capacidad natural que se tenga.
Existen pocas destrezas o habilidades que puedan ser comunes a todos los profesionales. La mayoría responden al desempeño específico que tenga cada quién. Pero ésas pocas que competen a todos, tienen importancia trascendental.
Entre las destrezas esenciales se encuentra el dominio funcional del idioma Inglés.
Un profesional que busque consolidar una ventaja competitiva DEBE tener dominio funcional de ésa lengua. Este no es un requisito optativo en la dinámica competitiva actual. Podía serlo, posiblemente, hace 30 años, pero eso ya es historia.
Tampoco es un requisito que pueda evaluarse bajo el lente de criterios culturales, sociales o políticos, de la misma forma que no lo es conocer el alfabeto y vocabulario de la lengua materna. No es algo que pueda sujetarse al análisis paciente o el juicio relativo.
El dominio funcional del idioma Ingles es un imperativo vinculado a la educación y comunicación elemental de este tiempo. Igual que existe consenso social respecto al analfabetismo, lo debe haber con referencia a éste tema.
Se da por sentado que existe una realidad global que involucra a todos. Todos entienden, igualmente, que hay que desenvolverse ventajosamente en ésa realidad. Se comparten anhelos de progreso y desarrollo personal. Luego, debe coincidirse también en la necesidad de dominar funcionalmente la lengua inglesa.
El Inglés será la lengua global determinante todavía por mucho tiempo. Al menos a lo largo del curso de vida de las presentes generaciones.
De hecho no lo será el español, el alemán o el madarín. Más allá de cualquier especulación o preferencia. La dinámica global apunta al uso de un idioma global.
Mientras algunas personas calculan que el idioma del futuro será el mandarín, los chinos están en campaña para aprender inglés. En tanto algunas tendencias políticas pretenden conducir a Europa al ostracismo del siglo XIX, sus organizaciones de negocios demandan personal bilingüe y venden sus productos y servicios en inglés.
La necesidad del conocimiento de ésta lengua no es nueva. La preocupación sobre el “analfabeto funcional” ya lleva varias generaciones
¿Conocer o dominar el idioma inglés? Seguramente el número de personas que hoy conocen el idioma es superior al que había hace 30 años, pero esto ya no es suficiente. No solo se necesita “conocerlo”, hay que dominarlo “funcionalmente”, de manera que sea útil para propósitos ineludibles de la actualidad.
El dominio funcional del Inglés exige más que conocimiento, demanda una actitud natural hacia su uso. Igual a la que se tiene para usar un brazo o una pierna.
Así como una persona no necesita ser un atleta para darle uso a sus extremidades, tampoco se precisa ser una persona bilingüe. Simplemente concebir el uso del idioma de forma natural.
Un profesional debe tener capacidad de leer un texto en inglés al menos al 80% de comprensión que tendría con su lengua materna. Y escribirlo y hablarlo en una proporción no inferior a la mitad.
El tema de la lectura es algo fundamental. No existe comparación en la calidad y cantidad de contenidos de cualquier conocimiento en inglés comparado con otra lengua.
El proceso de “conocer” lo que existe se limita dramáticamente cuando la búsqueda no incorpora los textos en inglés. Quién pretende desarrollar sus conocimientos o su nivel de información restringiéndose a la lengua materna, tiene importante desventaja competitiva.
El dominio funcional del inglés no es una convocatoria a esfuerzos de “traducción”. Es una llamada a su uso natural, de manera que sea indistinta la comprensión cuando se produce la lectura en ésa lengua o en la nativa.
Quién vea conveniente alcanzar un dominio integral del idioma se orienta a un requisito que no se plantea en estas líneas. Y que, por otra parte, no garantiza necesariamente un beneficio mayor, al menos en términos de las exigencias universales.
El dominio funcional es indispensable, el dominio integral es una decisión de otra índole.
El inglés es la lengua en la que se mueve el mundo de los negocios en mayor grado que otras ocupaciones. Incluso existen términos concretos que nunca se traducen. Y como toda palabra (de cualquier lengua), cada uno de ésos términos tiene un significado que solo puede ser entendido en su contexto idiomático.
¿Por qué tendría que considerarse la contratación de un profesional con limitaciones idiomáticas en comparación con alguien que no las tiene?
¿Cómo podría entenderse esto en el caso del emprendedor o el empresario? ¿Cómo aceptar una desventaja tan importante en una dinámica donde cada detalle juega su parte?
Parece absurdo hacer referencia a un tema tan prosaico. Pero es precisamente por éste tipo de pensamiento que se hace necesario enfatizarlo.
No son pocos los que cotidianamente se esfuerzan en alcanzar “ése pequeño detalle” que fortalezca sus ventajas competitivas. Y sin embargo pasan por alto la incuestionable necesidad de dominar funcionalmente el Inglés.
Si lo que aquí se ha expuesto no le atinge, pues marcha por buen camino. Y si algo de lo tratado le concierne, ha llegado el momento de poner manos a la obra y remediarlo. Sin subjetivismo o autoengaños.
¿Conocer o dominar el idioma inglés? No es necesario demostrar que se puede traducir éste artículo para pasar la prueba. Pero si éste le llegara en inglés debería tener la capacidad de entenderlo al menos en un 80%. Si no lo hace, habrá que deducir que tampoco entendió mucho de todo lo que se dijo aquí y en su lengua materna.
Fuente: https://elstrategos.com/conocer-o-dominar-el-idioma-ingles/