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We live in a world of dramatic and unpredictable change that is wiping out time-honored businesses and long-standing institutions while ushering in unprecedented opportunities for creative individuals and entrepreneurial organizations. The job is no longer figuring out how to win at the game of work and life; the job is figuring out the new rules of the game. Alan M. Webber's Rules of Thumb is a guide for individuals in every walk of life who want to make sense out of these confusing, challenging, and compelling times. If you're looking for practical advice on how to win at work without losing your self, if you want to change your life to meet the challenge of change, or if you want to learn from some of the world's most interesting and creative people, let Alan M. Webber take you on a remarkable journey toward greater personal understanding and, ultimately, greater personal success. About the Author:Alan M. Webber is the cofounding editor of Fast Company, and was the editorial director and managing editor of the Harvard Business Review. He's worked in federal, state, and local government, writing speeches and focusing on innovative policy initiatives. He's married to Frances Diemoz, an architect and furniture maker; his son and daughter, Adam and Amanda, are his two favorite children in the world.
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Visión Estratégica: mira más de lo que ven los demás

Imagen de Free-Photos en Pixabay

La mayoría de las personas solo ven lo que sus sentidos básicos les permiten o lo que otros quieren mostrarles. Es así de elemental e intimidante. Pocos desarrollan una visión estratégica que les sirva para ver el conjunto de los hechos (los americanos le llaman el “bigger picture”), las motivaciones ocultas y las situaciones por venir.

Los grandes jugadores de ajedrez son conocidos por visualizar por anticipado los movimientos de piezas que harán sus contrincantes como respuesta a sus propias acciones. Ellos nunca se guían por lo elemental o aquello que sucede en un determinado momento. Ven más allá. Evalúan el panorama completo, tanto en términos de espacio como de tiempo.

Este es un hábito que todos debieran tener, especialmente en el desenvolvimiento profesional, pero también en todo ámbito de la vida que involucre relaciones con otros individuos.

Poseer Visión Estratégica no solo optimiza la consecución de los resultados que se buscan, también evita malentendidos y problemas con los demás.

En la vida todos los actos de las personas están condicionados por intereses, ¡todos!, más allá que sean o no reprochables desde un punto de vista moral. Incluso los actos impulsivos o espontáneos responden a intereses específicos, posiblemente poco meditados o irreflexivos, pero intereses al fin y al cabo.

Carecer de la habilidad de “ver” las cosas más allá de lo elemental es siempre un problema, pero cuando la interacción involucra a un pensador estratégico ésta incapacidad puede convertir a cualquier persona en una “víctima” de los planes ajenos.

El pensador estratégico no es impulsivo. Todos sus actos responden a intencionalidades específicas. Sus objetivos se sitúan más allá de lo que puede percibirse por sus acciones inmediatas. Él nunca es evidente, y la única forma de comprender lo que busca consiste en aplicar una Visión Estratégica igual a la que él ejerce.

Dado que la mayoría de los individuos son elementales en su juicio respecto a lo que ven y experimentan, el pensador estratégico tiene grandes probabilidades de ser exitoso y prevalecer sobre los demás.

La Visión Estratégica se fundamenta en tres consideraciones:

  • Poseer siempre un criterio holístico en la interpretación de lo que sucede.
  • Ver los hechos en perspectiva.
  • Evaluar los actos ajenos considerando pasado y futuro. El pasado permite entender las motivaciones y el futuro los objetivos que ésas otras personas persiguen.

El criterio Holístico en la Visión Estratégica.-

Los hechos que se observan en cualquier ámbito de la vida siempre se inscriben en un “cuadro mayor”. La visión natural nunca alcanza para ver el conjunto completo. Los individuos que no cultivan un criterio holístico para evaluar las acciones de los demás, caen en la trampa de aquel que ve la pata de un elefante en la punta de su nariz y no puede asociarla con el animal.

Piense un momento en esto. Si ve la pata de un elefante a dos centímetros de distancia, puede creer que se trata de cualquier cosa y perder un montón de tiempo en las deducciones.

Pero si toma unos segundos para ampliar el foco de visión, entenderá pronto que se trata del majestuoso animal. Y si ajusta un poco más ése mismo foco, tendrá una idea cabal de todo lo que rodea al elefante.

De esto se trata el criterio holístico, la visión sistémica o la evaluación estratégica: apreciar el conjunto mayor de todo aquello que se está observando.




Las cosas que suceden en la vida no son aisladas o inconexas. Siempre forman parte de un todo mayor, y en tanto se posee la habilidad de ver el conjunto, se yerra menos en cualquier evaluación.

¡Nunca evalúe los actos de los demás únicamente en función de lo que observa en un momento concreto! Remítase a la apreciación del cuadro completo. ¿Qué móviles existen detrás de los actos?, ¿cuáles son los objetivos que se están persiguiendo?, ¿qué mensaje se está transmitiendo y para qué?

La Visión Estratégica no se detiene en la apreciación de la foto, trata de entender la película completa.

El criterio holístico no es una pérdida de tiempo ni anula la intuición, más bien evita la comisión de errores y desarrolla la empatía. Cuando se evalúan los actos de los demás considerando todos los elementos posibles se alcanza claridad, se despejan sombras y se evitan prejuicios.

¿Por qué y para qué? Esas son las preguntas que el pensador estratégico se hace al evaluar los actos ajenos. Puede parecer una forma demasiado estructurada y mecánica de abordar las relaciones humanas, pero es una que ahorra problemas, malentendidos y tiempo.

Ver los hechos en perspectiva.-

Los hechos se deben ver siempre desde distintos puntos de vista. Especialmente considerando la óptica que pueden estar sosteniendo los demás.

Los individuos tienden a evaluar las cosas estrictamente de acuerdo a su propio criterio, ése que es producto de creencias, convicciones y conocimientos muy personales. Cuesta mucho colocarse en los zapatos ajenos y ponderar de esa manera los actos.

La Visión Estratégica evalúa las cosas desde distintas perspectivas. Y a partir de cada una de ellas enriquece sus conclusiones. Todo lo que se observa tiene una forma diferente dependiendo desde dónde y cómo se lo ve. De eso se trata apreciar las cosas en perspectiva.

El acto más elemental y obvio de otra persona puede ocultar motivaciones profundas, y éstas se ignoran si se las ve desde su simple apariencia. Sin embargo, si se activan diferentes puntos de vista se identifican las intenciones.

En tanto la visión holística permite apreciar el cuadro grande de los hechos, la perspectiva construye el juicio evaluando todo desde diferentes puntos de vista. Así se evitan errores y se procesan respuestas efectivas.

Consideración del pasado y futuro en la evaluación de los actos de los demás.-

Las acciones de las personas están condicionadas por sus experiencias pasadas y objetivos futuros. Siempre es así. Existen individuos hábiles en “ocultar” ambas cosas, pero ello no elimina su existencia.

Los intereses emergen de la naturaleza de los estados existentes y aquellos a los que se quiere llegar. Hay motivos “históricos” que justifican las conductas de los individuos y expectativas que emergen de ello. Pocas veces se dan actos aislados o “inexplicables”.

El pensador estratégico evalúa los planteamientos de los demás analizando factores de origen y destino. De dónde vienen y hacia dónde van. Nunca asume la inocencia o la estupidez de nadie. Ése es un error capital.

Nadie es tan inocente como parece ni tan estúpido. Pensar lo primero constituye una ingenuidad, y asumir lo segundo peca de soberbia. La Visión Estratégica no es ni lo uno ni lo otro.

Evalúe siempre las relaciones causales. Todas las cosas tienen una razón de ser. Esto se entiende analizando el pasado e intentando proyectar el porvenir. Las personas, en su comportamiento individual o colectivo, siempre dejan pistas que permiten identificar motivaciones e intenciones.

“Mirando se ven muchas cosas”. De esto se trata la Visión Estratégica.

Cultive y desarrolle éste hábito. Le permitirá liderar su vida y eludir el control que traten de imponerle los demás.

No es algo sencillo y tampoco conducta de muchos. Pero de ése tipo se complejidad y singularidad se nutre la Estrategia. De ellas finalmente disfruta todo Pingüino Amarillo que se respete.

Fuente: https://elstrategos.com/


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