La moda, para todo aquel con conocimientos académicos de estadísticas, se refiere al valor que se muestra más veces dentro de un conjunto de datos.
Así las cosas, nos corresponde indagar someramente ¿Qué influjo produce esta repetición de gustos, usos, y actitudes en desarrollo del hombre en sociedad?
Primeramente, debemos partir de la idea que cuando un conglomerado de importancia decide uniformarse, lo hace porque, antropológicamente el hombre es un ser sociable, lo que significa que le gusta estar en compañía, contacto y relación con sus semejantes.
Luego se aduce que, el individuo se equipara a su prójimo, para crear una viabilidad conductual más dúctil, que le permita fluir más fácilmente en su trato.
Con la creación y el uso de la moda, el hombre evita el rechazo, la desagradable presión de grupo, y obtiene como premio invalorable: el sentido de pertenencia, sentimientos de patriotismo y el acercamiento sexual más expedito, entre otros.
Siempre se habla que: son los niños, adolescentes y jóvenes quienes padecen de manera más vigorosa los embates de la moda. Y esto es así, por la necesidad de vinculación y, mayor requerimiento afectivo relacionado al sentido de pertenencia.
Más es necesario aclarar que, no se debe supeditar este fenómeno psicosocial, a las anteriores etapas vivenciales mencionadas.
En definitiva, todas las edades y áreas de socialización humana están rigurosamente ceñidas a la moda. Unas más y otras menos, pero siempre existirá un cierto grado de influencia de ella en el desarrollo de la vida de la especie humana, para recordarnos que no debemos ni podemos vivir aislados, como ermitaños de nuestro destino común.
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