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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Angel Moreno Villarroel

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El arte de la Sugestión en la Estrategia y el liderazgo


A través de la Sugestión, el pensador estratégico siembra una idea, un concepto, una intención o un pensamiento en otras personas. Esa semilla echa raíces por sí sola, toma forma y da el fruto que se espera. La obra la hace otro, pero a la medida del líder. Sin imposiciones ni fricciones, con mucha sutileza y tangencialidad.

Se puede entender la Sugestión como el hecho de plantear, insinuar, proponer o recomendar algo. Ése es el acercamiento convencional. Sin embargo, la Estrategia lleva el tema más allá, porque el objetivo que tiene es que la otra persona quede efectivamente “sugestionada”.

Hay diferencia entre ambas consideraciones, porque “sugerir” algo no es lo mismo que buscar sugestionar a otra persona.

Y el factor que determina la diferencia es simplemente la intención.

En este sentido, el objetivo del pensador estratégico es “dominar” la voluntad de otros y condicionar de cierta forma sus acciones.

Esta intención puede ser objeto de debate, porque se puede asumir la existencia de intereses oscuros o mal intencionados. Pero eso es solo una presunción. En realidad, la Estrategia como tal está siempre más allá del bien y del mal, igual que un martillo o un cuchillo de cocina.

Aunque estas herramientas están diseñadas para facilitar tareas nobles, igualmente pueden destinarse a causar daño. Por eso los instrumentos nunca ameritan juicio, solo quién los utiliza. Y eso pasa con la Estrategia.

La sugerencia, insinuación o proposición, toma cuerpo en la mente del destinatario porque él mismo la procesa. Es él quien “riega” y hace germinar ésa semilla.

Pero cuando el resultado emerge, son dos los que han alcanzado su objetivo: la persona sugestionada, que se siente dueña del proceso, y el pensador estratégico, que ha “emitido” la Sugestión.

El tema de buscar el dominio de la voluntad ajena es un acto implícito en muchas interacciones sociales, especialmente las relacionadas a los equipos de trabajo y las organizaciones productivas.

Finalmente, conducir a otros para obrar de acuerdo a lo que se quiere es la esencia del liderazgo.

El general Dwight D. Eisenhower decía:

“El liderazgo es el arte de conseguir que otra persona haga algo que quieres hacer porque quiere hacerlo”

Por medio de la Sugestión, el líder que piensa estratégicamente consigue precisamente esto: que otras personas hagan lo que él busca “porque quieren hacerlo”. La “semilla” que se planta en la mente de los demás simplifica la tarea y ahorra energía.

El dominio de la Sugestión es un arte.

No hay preceptos ni procedimientos escritos. Todo depende de la habilidad del líder para evaluar situaciones y personas en el momento preciso.

Ahora bien, esta habilidad no es camino de una sola vía. Porque así como él líder se enfoca en la Sugestión de otros, así también estos buscan sugestionarlo. Este es el juego, y de allí proviene su carácter estratégico.

Es como una danza. Hay que bailar con otro al son de la música, marcando el paso y dejándose llevar, sin perder el ritmo y el control.

En general existen tres métodos para “sembrar” alguna idea en la mente de los demás:

1.- Repetir con autoridad y énfasis las afirmaciones o preceptos que se pretenden “sembrar”. Esto provoca una sólida impresión de aquello que se desea transmitir. Por efecto de la firmeza y repetición, la “semilla” queda grabada en la mente como una sentencia en el papel.

2.- Inducir una idea de manera indirecta y casual. Esta es la forma de abordar una mente desprevenida y evitar la resistencia instintiva. Ha sido el método predilecto de todos los grandes líderes de la historia.

3.- Asociar la premisa con factores externos que causen la impresión que se busca: apariencias, objetos, entorno, circunstancias, etc.

Para tomar un ejemplo: de acuerdo al primer método, el líder repite con autoridad que las personas deben ser “las mejores” en su oficio. Con el segundo insinúa que cada quién puede y debe ser el mejor. Y con el tercero recurre a un modelo externo o a la premisa de alcanzar el estado porque las “circunstancias” lo demandan.

Todos experimentan desde muy temprano la Sugestión por repetición, de esto se trata, en buena parte, la educación. Igualmente han sido sugestionados muchas veces por insinuaciones sutiles que han determinado decisiones y conductas. Por otra parte, ¿quién no ha sido también sugestionado por noticias, apariencias de otros o determinadas circunstancias externas?

Las sugestiones son cosa de todos los días. Pero es algo especial dominar este arte para actuar con los demás cuando así se ve conveniente.

Para lograr el dominio es útil conocer los cinco canales que pueden tomar los métodos de Sugestión señalados:

La Sugestión por autoridad.-

Esta se manifiesta por medio de manifestaciones orales o escritas que tienen signos de autoridad. Es una peculiaridad de la mente humana inclinarse a escuchar con respeto y credibilidad las palabras, escritas o habladas, de personas que asumen aires de autoridad y conocimiento.

Por ejemplo, si alguien que está a punto de decir algo asombrosamente falso, comienza su afirmación con “es un hecho reconocido que…”, verificará inmediatamente que la connotación de lo que dice cambia.

Muchas afirmaciones falsas se aceptan cuando van precedidas de un “afirmo, sin miedo a la contradicción que…”, o “las autoridades en el tema admiten que…”, o “las mejores fuentes de información están de acuerdo en…”, etc. Y variaciones más sutiles de esto mismo también son muy efectivas: “como probablemente sepa, señor…”, etc.

El “aire de autoridad” sugestiona siempre.

La Sugestión por asociación.-

La ley mental de asociación hace que sea muy fácil vincular ciertas cosas con otras. Y cuando se recuerda una, llegan consigo las impresiones asociadas.

Por ejemplo, se tiende a asociar a un hombre bien vestido, de buenas maneras y con un automóvil caro, con alguien rico e influyente. Igualmente se asocia elocuencia con solvencia y adulación con reconocimiento o lealtad.

Para el que busca sugestionar, muchas de las asociaciones no son genuinas, pero cumplen un propósito específico.

Las apariencias importan.

Bien decía Maquiavelo“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”

Sugestión por hábito.-

Asombra darse cuenta del grado de hábito-acción y hábito-pensamiento desarrollado por las personas. Se hacen las cosas de cierta manera simplemente porque siempre se las ha hecho así, sin perjuicio de que las circunstancias hayan cambiado. Se mantienen pensamientos y opiniones por condicionamientos pasados a pesar de evidentes transformaciones del contexto.

Cuando más tiempo pasa o mayor edad se tiene, más propensión hay a someterse a ciertos hábitos de acción y pensamiento. Se acepta la sugerencia del hábito en lugar de aplicar iniciativa o pensamiento original.

Si el líder desarrolla hábitos de pensamiento y acción en el equipo, obtendrá la respuesta que espera como un producto del subconsciente de las personas. Y ése resultado es posiblemente el más avanzado que consigue el arte de la Sugestión.

Sugestión por repetición.-

En tanto el poder de la Sugestión por hábito radica en la reiteración del acto o pensamiento por parte del individuo, la de repetición toma fuerza por la reiteración insistente de algún hecho o afirmación exterior.

Una declaración repetida o la afirmación reiterada de un hecho, a menudo obtienen credibilidad sin poseer fundamento. Muchas supersticiones y nociones completamente ridículas se vuelven corrientes debido a la repetición.

Si se desea grabar algo en los registros de la memoria, se sabe que la repetición es uno de los métodos más efectivos. Cada reiteración profundiza la impresión del registro original. Y en la Sugestión por repetición, cada vez que se hace y se acepta la sugerencia, la impresión del registro se hace más profunda.

Sugestión por imitación.-

El ser humano actúa por imitación. A pesar de todas las pretensiones de individualidad, las sociedades organizadas plantean sutiles exigencias y convencionalismos que finalmente todos adoptan de una u otra manera: formas de vestir, comportamiento público, modas, premisas religiosas, étnicas o nacionalistas, opinión colectiva, etc.

La Sugestión por imitación es mucho más común que las otras formas, esencialmente porque las causas que operan en este sentido son más numerosas. Siempre hay una gran provisión de sugerencias de este tipo. La tendencia humana de “colocarse en fila”, “seguir al líder” y adoptar la “psicología de masas”, facilita caer en el hábito de aceptar las sugerencias “como todos los demás”.

Muchas veces, el líder solo precisa establecer las premisas en una persona o un grupo reducido para que desde allí trasciendan al colectivo.

Estos cinco canales de Sugestión están disponibles en todo momento, individualmente o combinados para generar sinergias. Su utilización es un arte que el líder debe dominar para actuar con todo el poder que le proporciona el pensamiento estratégico.

Evidentemente hay muchas formas de dirigir a las personas, pero la Sugestión tiene un poder que otras técnicas difícilmente alcanzan. No ha existido en la historia humana, ningún líder grande que no haya sido experto en utilizarla para sus propósitos.

Ahora bien, los objetivos son otra cosa, pero con respecto a ellos la Sugestión, como la Estrategia en general, o ése pequeño cuchillo de cocina, es inocente y se encuentra “más allá del bien y del mal”.

Fuente: https://elstrategos.com/sugestion/

Consejos de etiqueta y buenos modales para una primera cita romántica con cena


Las citas pueden ser un éxito o un fracaso, no únicamente por nuestra imagen, sino por tener un comportamiento más o menos correcto

Redacción Protocolo y Etiqueta

 

Errores que podemos cometer sin darnos cuenta en una cita de pareja cuando quedamos para cenar o comer

Cuando nos reunimos con otra persona para tomar algo, o bien para comer, debemos tener claras algunas reglas de etiqueta y cortesía para comportarnos como una persona bien educada. Vemos algunas de las principales reglas de etiqueta y cortesía a tener en cuenta.

1. Puntualidad. No hacer esperar a la otra persona

La puntualidad es importante en todos los ámbitos de nuestra vida, tanto social como profesional o laboral. Pero, en una primera cita, si cabe, es aún más importante. Ser puntual es una forma de empezar más o menos bien esa cita.

2. ¿Quién pagará el almuerzo o la cena?

 Da lo mismo que sea una pareja hombre-mujer o parejas del mismo sexo. No se puede dar por supuesto que pagará la otra parte. Si dudamos, mejor es abordar el tema antes de empezar a comer para evitar sorpresas de última hora.

Cuando las parejas son jóvenes, la cortesía de invitar a una mujer cada vez es menos común.

3. Si nos invitan, no debemos abusar.

Si al empezar la cita nos hacen saber que nos van a invitar no podemos abusar de esa generosidad y pedir platos o bebidas caras. Ni tampoco pedir demasiada cantidad de comida.

Según algunos expertos en relaciones sociales, hay una 'regla' que podemos seguir: "no pidas más comida de la que pide tu pareja".

4. Dejarse aconsejar.

Si vamos a un sitio en el que no hemos estado nunca, pero la otra parte sí, nos podemos dejar aconsejar. Si tenemos dudas, mejor pedimos algo que nos guste. Es una pena pedir algo que podemos acabar dejando en el plato. Seguramente, no daríamos muy buena imagen si hacemos eso.

5. Los nervios y la bebida.

Por muy tentador que sea pedir una bebida alcohólica, ¡cuidado! Si bebemos, debemos hacerlo con moderación. La relativa 'seguridad' y desinhibición que nos puede proporcionar el alcohol puede que no acabe muy bien si nos pasamos de copas. No es muy agradable para una primera cita una persona borracha o demasiado bebida.

6. El teléfono en el bolsillo o cartera.

El teléfono no debe estar sobre la mesa. Mejor en el bolsillo, cartera, mochila... y en modo silencio o apagado. Salvo por alguna razón excepcional, el teléfono celular - móvil no se saca durante la cena. Si queremos enseñar alguna cosa, hacernos una foto, enseñar un mensaje, etcétera, mejor esperamos a los postres. Durante la comida o cena, es el momento de hablar y conocerse un poco mejor.

7. Habilidades sociales y comportamiento.

Si somos poco 'habilidosos' con el manejo de los cubiertos, con los temas de conversación, etcétera, podemos tratar de aprender un poco antes de la cita. Podemos practicar un poco en casa. Otro buen 'truco' es no pedir platos 'complicados' que requieran el uso de cubiertos especiales, o platos que requieran una cierta pericia en el manejo de los cubiertos.

Resumiendo, una primera cita puede ser el principio de algo o el final de todo. El éxito o fracaso, no solo va a depender de nuestro aspecto exterior sino, también de nuestro comportamiento durante la cita.

Fuente: https://www.protocolo.org/social/etiqueta-social/consejos-de-etiqueta-y-buenos-modales-para-una-primera-cita-romantica-con-cena.html

Conecte su “doble tracción profesional” y venda


Vale el paralelo con un vehículo y la solicitud para que conecte su “doble tracción profesional” y venda. Esto no solo es posible, es muchas veces necesario, especialmente cuando el desempeño habitual, por muy bueno que sea, no consigue superar condiciones complejas en el contexto de trabajo.

Vender no es fácil, por mucho que se cuente con habilidades y destrezas destacadas. Por otra parte, hay circunstancias en las que todo esfuerzo queda corto para alcanzar algún objetivo. Hace falta el “empujón final”, el “sprint” definitivo.

Cuando una interacción comercial se estanca y no se puede avanzar, se necesita energía extraordinaria, dinámica especial. A esto apunta la conexión de la “doble tracción profesional”.

Estos son 7 elementos que debe considerar para que aumente su rendimiento y venda:

1.- Véndase usted mismo.-

El atleta destacado vale mucho más que un desempeño deportivo en particular. No se lo puede calificar únicamente por lo que haga en una prueba, especialmente si en ella no ha tenido el mejor rendimiento. Los eventos llegan y pasan, pero la capacidad personal es un activo que permanece en tanto se cuida y cultiva.

Lo mismo aplica para el vendedor profesional. Es posible que en algún caso no pueda perfeccionar una transacción a pesar de invertir los mejores esfuerzos. Entonces corresponde dejar a un lado la empresa, el producto, la idea o la solución que se esté ofreciendo, y venderse uno mismo.

¡Venda su historia profesional, sus logros, fracasos, alegrías y penas!

Exponga a la persona que opera detrás de la transacción.

Esto no solo incide sobre la confianza del prospecto, también “humaniza” la interacción al transmitir una delicada mezcla de solvencia y vulnerabilidad.

Al sumar su historia profesional al esfuerzo de venta del producto o servicio, aumenta el “octanaje” de los argumentos y multiplica su energía en la transacción.

Ahora bien, esto no puede aplicarse permanentemente, porque en ése caso perdería valor. Es un esfuerzo orientado a situaciones particulares, y uno que nunca sustituye habilidades y destrezas convencionales.

Es lo mismo que pasa con el atleta. Éste destaca por sus logros a lo largo del tiempo, ésos que ha conseguido por capacidad, esfuerzo y disciplina. No se le puede juzgar por un evento, ciertamente, pero tampoco se le puede justificar siempre por su historia, porque ésta misma terminaría si no fuera, en última instancia, una suma de sus conquistas.

Venda lo que tiene que vender como bien sabe hacerlo, pero cuando sea necesario superar una situación difícil y alcanzar la meta que se vé al alcance de la mano, véndase usted mismo.

2.- Ignore la percepción de lo que es posible y venda.-

Una cosa es fijar límites y otra limitarse. Lo primero siempre puede cambiar si lo segundo se evita.

Asuma la convicción de que “todo es posible”, especialmente en lo relacionado al objetivo que desea alcanzar. Haga a un lado percances circunstanciales, cuotas o estadísticas.

Ahora bien, no es lo mismo pensar que “todo es posible” a suponer que “no hay nada imposible”. En el primer caso se activan energías internas, en tanto que en el segundo se actúa en función de externalidades.

Lo imposible existe, por supuesto. Es todo aquello que usted no puede controlar. Pero para todo lo demás, el sentido de la posibilidad conduce a la manifestación de las potencialidades.

Tanto en la dimensión privada como en la profesional, las personas son capaces de alcanzar cotas que ni ellos mismos consideran factibles. Y la magia de esto no se oculta en las capacidades tangibles, más bien en la disposición psicológica y mental.

Si está convencido de que puede alcanzar lo que ni usted mismo imaginaba, aumentan notablemente las probabilidades de hacerlo realidad.

Por lo tanto, coloque la vara más arriba en lugar de pensar en su rendimiento. Hay una sutil diferencia entre ambos procedimientos. En tanto que en el segundo caso se orienta a incrementar esfuerzos, en el segundo planifica nuevas formas de alcanzar el objetivo.

En relación a esto, es importante diferenciar lo que constituye un escenario táctico de uno estratégico.

El vendedor es el agente táctico por excelencia, porque su desempeño se mide en la interacción propiamente dicha, en el contacto. Aquí debe imprimirse la premisa de “ignorar lo imposible” y subir la vara cuando una interacción comercial se ponga difícil.

El escenario estratégico está relacionado a la fijación general de objetivos, a todo aquello que se debe alcanzar en tiempos determinados. Aquí no aplica el criterio de ignorar límites, todo lo contrario, en este escenario se deben establecer los objetivos con órden y racionalidad.

Esto es lo mismo que planificar el desempeño de un equipo en un partido de fútbol. La estrategia determina la forma de abordar el encuentro, pero el desempeño táctico se asocia a cada acción en particular. Puede quedar establecido el rol de un jugador durante el partido, pero esto no limita el esfuerzo que invierta en alguna jugada en particular.

La suma de ambas dinámicas puede otorgar la victoria, pero una acción táctica “extraordinaria” altera el resultado en cualquier momento.

Cuando sea necesario, asuma que “todo es posible” y venda.

3.- Tome control absoluto de su proceso de ventas.-

Bien se dice: “si no quiere que falle, ¡hágalo usted mismo!” Éste es el mensaje para transitar las delicadas situaciones que anteceden a la victoria. No corresponde depender de nadie en momentos así.

Esto aplica tanto en ventas como en cualquier otro acto profesional. Todo proceso sensible debe colocarse bajo control directo. Ésta es la mejor forma de evitar errores y dilaciones.

La prospección, calificación de “leads”, preparación, presentación, argumentación, el cierre y la post venta, deben controlarse de manera directa y cercana. En este sentido, “la doble tracción profesional” va en dirección opuesta (al menos transitoriamente), a la delegación.

Primero pregunte, luego escuche y después tome todo el control. Usted es el experto, el consultor, el director y el consejero de confianza.

Demuestre al prospecto que tiene la misma solvencia que un médico que está tratando el malestar o el dolor. Nadie recurre a un médico anteponiendo su propio diagnóstico y medicación. Lo hace esperando la ayuda y la solución. Usted es el médico, y en ése momento no existe ninguna delegación justificable.

Tome todo el proceso bajo su control y venda.

4.- Establezca metas mucho más ambiciosas.-

En consonancia con el punto 2, cuando se enfrente a situaciones complejas que le impiden concretar la inminente victoria, modifique e incremente sus metas originales.

Puede parecer contra intuitivo, pero es la forma adecuada de consolidar la mentalidad que se necesita cuando las cosas están difíciles. De esto se trata la “doble tracción”.

Esta lógica funciona a la inversa de la vieja afirmación: “nunca te quejes de que algo está mal porque siempre puede estar peor”. Cuando se presenta una situación compleja, no piense que solo precisa superarla, más bien que necesita aprovecharla para llegar mucho más allá de lo que esperaba.

De esta manera generará un impulso que trasciende la dificultad y le permitirá alcanzar cotas superiores a ella.

Las naves espaciales surcan el espacio utilizando la fuerza de gravedad de los cuerpos celestes que se hallan en su ruta. Solo necesitan maniobrar apropiadamente para evitar la colisión y aprovechar ése poder. Lo mismo sucede con la energía que traen aparejados los problemas o las situaciones difíciles. O se produce una colisión o se alimenta la fuerza para superarlas con soltura.

Solo un puñado de personas son capaces de identificar y aprovechar las enormes oportunidades ocultas detrás de crisis o desafíos. Sea usted uno de ellos, conecte su “doble tracción” y venda.

5.- Venda dedicándose a las actividades más valiosas y rentables (MVP’s: the most valuable and profitable).-

¿Cuáles son sus actividades, contactos, oportunidades, horas del día, etc., más valiosas y rentables?

En pocas palabras: haga un esfuerzo intencional para descubrir qué impulsa sus ventas y productividad más que cualquier otra cosa, y concentre la mayor parte de su tiempo y esfuerzo en ello.

Suena tan simple, sin embargo, pocos saben cuándo, cómo y dónde dirigir su atención. El poder de la concentración no está al acceso de cualquiera, pero es un requisito indispensable cuando se trata de activar la “doble tracción”.

6.- Tome acciones masivas.-

Las actividades ordinarias solo alcanzan resultados ordinarios. Pase de hacer lo que todos los demás hacen y siéntase obsesionado por  tomar una gran cantidad de medidas en cada área crítica del proceso. En lugar de hacer un número promedio de llamadas telefónicas y correos electrónicos, piense en cómo ser más eficiente tomando acciones masivas.

Aplique la regla 10 X. Esto es lo que genera coherencia con lo descrito en los puntos 2 y 4.

La Regla 10X es un desafío. Posiblemente ésta sea la mejor forma de explicarla. Un desafío transformador en términos de orden y productividad. Los objetivos ambiciosos condicionan planes y acciones. Todo se multiplica por 10. Y en ése proceso se optimiza el rendimiento general.

Cuando se aplican las acciones correctas, el volumen es adecuado y se suma persistencia, los objetivos nunca son el problema.

Nuevos contratiempos son nuevas oportunidades. Muchos nuevos contratiempos son “muchas” nuevas oportunidades. Éste es el resultado de activar “acciones masivas” para alcanzar objetivos ambiciosos.

7.- Muévase siempre para adelante y venda.-

Trate cada situación como una oportunidad para avanzar, expandirse, mejorar y producir más resultados. Entienda que siempre hay una razón para mejorar y seguir adelante.

Es probable que mientras mejor sea, más cantidad de gente lo odie y trate de derribarlo. Espere las controversias y que interpongan obstáculos en su camino, pero use todo eso como combustible para avivar su fuego.

Por otra parte, ¿qué pasa cuando las cosas van viento en popa? Pues bien, utilice estas situaciones para crear impulso.

El punto es que cada etapa en la que se encuentre sea una excusa natural para avanzar.

Posiblemente éste último sea el mejor fruto de dominar la técnica de activar la “doble tracción profesional” cuando sea pertinente: crear una mentalidad que lo oriente a avanzar siempre, más allá del contexto y de las circunstancias.

Fuente: https://elstrategos.com/venda/

Consejos de etiqueta para ser un cliente bien educado y correcto cuando vamos de compras. Buenos modales de compras

 

Los clientes son importantes y la base de cualquier negocio. No obstante, hay comportamientos que no se deben tolerar

Cómo ser un cliente educado y con buenos modales

Los buenos modales los debemos mostrar en todas las facetas de nuestra vida. Cuando salimos de compras, algunas veces se nos olvida que como clientes también debemos mostrar nuestra mejor educación y saber estar. Esa 'superioridad' que algunos muestran como clientes no deja en buen lugar a las personas que tienen ese comportamiento.

'El cliente siempre tiene la razón'... hasta cierto punto

Como pago, exijo. Bien. Pero no nos podemos extralimitar desde el lado del cliente con exigencias fuera de tono. Veamos algunos consejos de etiqueta que debemos tener en cuenta cuando nos vamos de compras.

1. Regla de oro: limpios y bien aseados.

Si nos vamos a comprar ropa o calzado y nos vamos a probar esas prendas o zapatos, por favor, tenemos que ir bien aseados. Esa prendas o zapatos se los van a probar otras personas y no nos gustaría que olieran mal. Por lo tanto, nosotros tampoco debemos contribuir a ello.

2. La ropa se deja en el mismo sitio que estaba.

Es, relativamente habitual, ver cómo algunas personas toman prendas de un sitio y las dejan en cualquier otro lugar. Esto multiplicado por un gran número de clientes puede llegar a poner patas arriba cualquier tienda. La ropa debe volver a su sitio o bien se le devuelve a un empleado para que la coloque en el sitio apropiado.

3. El probador no debe parecer un showroom.

Podemos tomar algunas prendas para llevar al probador. Pero no es apropiado crearnos un showroom con decenas de prendas, zapatos, complementos. Hay que ir poco a poco. Si todos los clientes hacen lo mismo, pueden dejar sin demasiadas prendas disponibles a la tienda.

4. Calcetines nuevos o fundas para probarse zapatos.

Si es posible, no cuesta nada llevar unos calcetines, pinkis o algún accesorio similar nuevo para probarse los zapatos. Lo que nunca debe hacerse -además de que es posible que no nos dejen- es probarse cualquier tipo de calzado sin calcetines. En algunas zapaterías nos pueden proporcionar una especie de fundas para probarnos los zapatos.

5. Prestar atención al dependiente o vendedor.

Si vamos acompañados debemos atender al vendedor dejando momentáneamente de conversar con nuestros acompañantes. El omnipresente teléfono celular - móvil, mejor en modo silencio. No es apropiado estar hablando por teléfono mientras nos estás atendiendo. Es una falta de educación.

6. Ser honesto no cuesta tanto.

Si tenemos que hacer un cambio o devolución hay que ir con la verdad por delante. Cuántos vendedores nos podrían contar decenas de experiencias donde los clientes mienten de forma descarada. No lo he usado; me lo he puesto solo una vez; ya venía así cuando lo compré, etcétera, etcétera. Es demasiado frecuente que se utilicen prendas, zapatos y complementos para un compromiso social y se quieran devolver al día siguiente. O, aún peor, en días posteriores. Si una prenda no nos queda como pensábamos, un zapato nos incomoda al ponerlo, etcétera. Se guarda y se cambia. No podemos abusar del derecho al cambio o devolución. Porque no solo perjudicamos a la tienda sino a otros posibles compradores.

Un último consejo. Las prendas que se puedan lavar en casa, que no necesiten una limpieza especial, mejor lavarlas antes de estrenarlas. Además de perder ese apresto que suelen traer de fábrica, que para algunas personas no es agradable, nos garantizamos que si ha tenido unas cuantas pruebas esa prenda, nos la vamos a poner bien limpia.

Fuente: https://www.protocolo.org/social/etiqueta-social/consejos-de-etiqueta-para-ser-un-cliente-bien-educado-y-correcto-cuando-vamos-de-compras-buenos-modales-de-compras.html

No compita para ser el mejor, más bien para ser único


¿Hay diferencia entre ser el mejor y ser único? ¡Definitivamente! Existe una gran distancia cualitativa. La categoría de “lo único” expone condiciones extra-ordinarias, especiales, exclusivas, al punto que por esto mismo no está poblada y tiene un solo exponente.

¿Es posible, se preguntarán, ser único en algo cuando el planeta está poblado de millones de individuos, empresas, proyectos y proposiciones?

No es fácil, pero es posible. Y en los hechos es un imperativo competitivo para quién pretende prevalecer y ser exitoso.

De una u otra manera todos los profesionales y negocios compiten por ser “el mejor” en lo que hacen (al menos no se esfuerzan por ser mediocres o malos). Esto provoca que la categoría donde se inscriben esté tremendamente poblada y tenga una dinámica compleja.

Por otra parte, y no menos importante, la actuación en esta categoría condiciona visiones y conductas que no pueden conducir al estado de “lo único”. Quienes compiten por ser “el mejor” corren por una pista que difícilmente lleva a lo extraordinario.

Los que buscan ser únicos deben establecer pautas, definir modelos, explorar lo desconocido, develar lo incierto, abrir sendas. Tim Grover, lo expresa muy bien al afirmar: “no compita con otros, haga que ellos compitan con usted”. De esto se trata.

Cuando se compite para ser el mejor, se imita. Cuando se lo hace para ser único, se innova.

El factor más importante de esta lógica es la distinción.

Quienes compiten en la categoría para ser únicos se apalancan siempre en elementos que los distinguen de los demás. Lo diferente nunca es igual y propende a ser único. Es un asunto de sentido común en muchos aspectos.

Habitualmente, cuesta mucho hacer mejor lo mismo que hacen los demás, en tanto que hacer las cosas de manera distinta es menos complejo y más efectivo. La distinción es el fundamento de lo único.

Ahora bien, lo distinto (que por esto mismo es distinguido) es una cualidad de la naturaleza, no es necesariamente algo a lo que se tenga que llegar, en realidad es un elemento del que tiene que partir cualquier inquietud competitiva.

Todas las personas son únicas y diferentes entre sí. Y aunque muchas veces se ignore o menosprecie, precisamente en ello radica la ventaja. Es absurdo perder preciosa energía y tiempo tratando de emular a otros cuando se pueden construir fortalezas justamente desde las diferencias.

En los negocios pasa lo mismo. Es más sencillo (y paga mejor), buscar la diferencia que esforzarse en ser el mejor. Si la distinción no está clara, el trayecto es una cuesta empinada que conquistan los que tienen más reservas y recursos.

Distinción es el término orientador, “elemento diferenciador” es el vehículo y “distinguido” el adjetivo calificativo del estado de “lo único”.

Para competir en la vida profesional o en los negocios, hay que evaluar primero la distinción que se expondrá al mercado. Hacer de ello un elemento diferenciador y obtener, merced a esfuerzo y competencia, el estado distinguido. Esta es la fórmula.

Queda claro que el proceso demanda competencia, obviamente. Pero competencia en el sentido de capacidad, no necesariamente en la lógica comparativa. El representante de “lo único” no mira cada momento a derecha e izquierda para ver como van los demás, enfoca su visión en la meta. Él transita otra ruta.

Es posible, por supuesto, que ésa “otra ruta” conduzca finalmente al mismo objetivo, pero lo hace sin congestión u obstáculos. Eso es lo que permite la distinción. Las vías de la competencia por ser el mejor están saturadas,  y muchas veces de agentes tremendamente hábiles. Es complejo transitar allí. En tanto que la ruta del diferente nunca está congestionada.

Ciertamente que en tanto mejor se hacen las cosas no tardan en aparecer imitadores, pero para ése entonces la ventaja está consolidada.

Ahora bien, cómo sostener la ventaja ya es parte de otra historia. Nada evitará que el propio distinguido deba proteger y defender sus conquistas, porque la vida no se detiene nunca, obviamente, ni siquiera para los diferentes.

Para el único, la “competencia perfecta” no existe, él es un exponente de la dinámica monopolista.

Esto contrasta con las premisas económicas que sustentan desde siempre la teoría del libre mercado. Pero es completamente lógico, porque “el único” es por esencia un monopolio. Y en tanto esto es así, también es un agente que puede optimizar su rendimiento, porque entre otras cosas, no necesita comprometer energía, tiempo y recursos en ocuparse de competidores.

Véase el caso de Google, una empresa que a efectos de su distinción en el mercado, tiene la libertad de comportarse como un agente monopólico (esto en el sentido funcional, no en el legal). Su crecimiento puede ser exponencial y sus aportes sociales y económicos también. Se da el lujo de establecer políticas vanguardistas en el trato de sus colaboradores y contribuir efectivamente en temas tan diversos como el cuidado del medio ambiente.

Una empresa ocupada en competir a brazo partido con sus rivales, no tiene tiempo ni recursos para contribuir en la evolución cualitativa de la industria o el medio en el que se desenvuelve.

Lo mismo pasa con un profesional. En tanto tiene que preocuparse de que no le pisen los talones o lo superen, disfruta de poca calidad de vida y aporta escasamente a su entorno.

Ejemplos como el de Google en el ámbito empresarial existen muchos, todos de carácter distinguido: Amazon, Microsoft, Apple, Tik Tok, Intel, Tesla, etc. Cada uno de ellos es un exponente único en términos de lo que hace. Pueden tener competidores, efectivamente, pero habiendo trabajado una sólida distinción desde el principio, han dejado mucha distancia y “tierra quemada” tras de sí, lo que hace extremadamente difícil que los alcancen (eso sumado a la eficiencia que tengan en su gestión, obviamente).

Un ejemplo interesante de la extensión y la influencia que pueden alcanzar los exponentes de lo único, es el caso de la mayor Fundación que existe en el mundo. Una que se dedica a la atención de temas sensibles en los intereses de la humanidad: Bill & Melinda Gates Foundation. Ésta es producto del desempeño empresarial de una institución en particular: Microsoft.

Ser el único no solo paga en coyuntura, también en el tiempo. Es un modelo competitivo que tiene carácter trascendental. Y todo parte de considerar “lo diferente” para iniciar el trayecto.

Usted es parte de ése universo de “diferentes” que puebla la existencia. Lo es desde el día que nació. No hay nadie similar en ninguna parte. Tiene dones, virtudes y fortalezas que no pueden compararse, luego ¿por qué tratar de ser igual a otros y transitar en vías de alto tráfico?

Esos elementos diferenciadores pueden ser invertidos en sus proyectos profesionales y de negocios. Son una base invalorable para planificar el viaje, porque además de lo dicho, toda distinción sobre la que se fundamenten las acciones, refuerza el circuito de la satisfacción.

Nada se hace mejor que aquello que pocos pueden hacer con la misma solvencia y eficacia. Eso genera una retroalimentación poderosa. Es cierto, desde siempre, que la excelencia es una consecuencia del amor.

En tanto es inevitable hacer lo que corresponde en esta vida, adoptar el criterio de no competir para ser el mejor y más bien hacerlo para ser único, parece un acto inteligente.

Fuente: https://elstrategos.com/unico/