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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Angel Moreno Villarroel

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¿Workaholic? Tranquilo. Se puede aprovechar ésa energía

Imagen de Comfreak en Pixabay

Se asume que una persona clasificada como “Workaholic” es adicto estrictamente al trabajo. Y en una gran cantidad de casos es verdad. Pero hay otros tantos en que la “adicción” no está solo asociada al desempeño laboral, más bien a la necesidad de “ocupar” el tiempo con alguna actividad que permita abstraerse de realidades que incomodan.

Las personas inmersas en actividades que llevan a cabo de forma obsesiva y sin pausa, buscan abstraerse de algo que les incomoda o no les gusta en su vida. Como toda adicción, constituye una conducta tendiente a “escapar” y anestesiar la mente respecto a situaciones y acontecimientos que desagradan.

Sin embargo, a diferencia de otro tipo de adicciones, ésta puede canalizarse productivamente. La persona del tipo “Workaholic” derrocha energía. Sin ella no sería capaz de sostener su estilo de vida. Es cierto que ésta misma dispensación de energía la puede volver disfuncional o enfermarla, pero ello no la niega. Energía existe, y a borbotones.

El alcohol, las drogas y otras adicciones, provocan momentos breves de enérgico desenvolvimiento y mucho tiempo de postración y debilidad. En cambio el “Workaholic” es una dínamo constante de producción de energía. Y esto, en definitiva, puede aprovecharse beneficiosamente.

Es un asunto simple. El “Workaholic” está esencialmente vinculado a la actividad, a la necesidad de “ocupar” el tiempo. La relación con el “tema laboral” es de segundo orden.

El “trabajo”, al que hace alusión el término (work), es finalmente una actividad, una ocupación. Es posible que en muchos casos el “Workaholic” entienda que ésa actividad debe ser necesariamente asociada a la producción de bienes y servicios, es decir al circuito económico. Pero en gran parte, está simplemente relacionada a “estar ocupado”.

Si la “ocupación” se dispone de diferente manera, sin involucrar solo tareas laborales, los efectos perniciosos de la adicción pueden mitigarse, anularse y convertirse en algo positivo. En primera instancia, solo se trata de encauzar la energía de forma distinta.

La forma (también simple) de conseguir esto, emerge del propio comportamiento que tiene el “Workaholic”. Habitualmente estas son personas muy estructuradas y metódicas. Ello es casi un requisito para la intensidad en sus actividades laborales. Pueden existir “Workaholic” caóticos y desordenados, pero esto ya es otra cosa, porque en esencia no es sostenible en el tiempo.

Para revertir el problema, el “Workaholic” debe ocupar su tiempo (ordenada y metódicamente), en actividades distintas a las meramente laborales. Y lo debe hacer con el mismo ímpetu y poder que les dedica a aquellas. Se trata de sustituir, no de incrementar.

El calendario, la “lista de tareas”, debe incorporar labores ajenas a las del trabajo, pero igualmente sensibles y demandantes. Esto permite sostener la aplicación de energía y la sensación de satisfacción. Dispone los procesos mentales con igual intensidad y ocupa el tiempo.

Ejercicio, estudio y capacitación, desafíos, relacionamiento social. Aprendizaje de técnicas de productividad y competitividad, planificación de metas profesionales. Asignación de tiempo metódico a la atención familiar, objetivos de conquistas sentimentales, planes para ganar más dinero, lectura, meditación, etc. Este tipo de actividades, (y otras similares), deben sustituir las tareas laborales.

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¡Es solo un asunto de agenda y calendario!

Toda actividad puede considerarse una de “trabajo”, es cuestión del lente con el que se mire y la seriedad e intensidad con que se lleve a cabo. Muchos cuestionarán que la atención a la familia, las conquistas sentimentales, la lectura o la meditación, puedan considerarse “un trabajo”, pero en la mente del “Workaholic” más vale que así sea, porque de ésa manera podrán “insertarse” en sus procesos mentales y cumplir su propósito. 

Porque lo importante acá es entender lo siguiente: el círculo vicioso debe romperse de cualquier manera. Y si la forma de hacerlo es además noble y productiva, pues mucho mejor. En una primera etapa no es importante si el “Workaholic” concibe el tiempo con sus hijos como un trabajo, lo vital es que “ése” tiempo se asigne a ellos y no a lo meramente laboral.

Más temprano que tarde, las tareas “no laborales” que se adopten con el mismo ímpetu y devoción, terminarán dando sus propios frutos y “romperán” el molde en el que tomaron forma. En ése momento, el “Workaholic” comenzará a valorar otras cosas con igual medida que la utilizada en el laburo.

Curiosamente, los “Workahlic” pueden volverse excelentes deportistas, estudiantes, padres, lectores y amantes, puesto que invierten energía intensa y cosechan resultados proporcionales.

Por otra parte, estas “otras tareas”, al no tener el carácter monotemático e inflexible de la actividad meramente laboral, generan una disociación de la persona con la dedicación excesiva al trabajo. Simplemente porque también alcanza satisfacción en ocupaciones distintas.

Ahora bien, para que esto funcione, éstas “otras actividades” deben incluirse en la agenda y el calendario con un sentido de reto y desafío.

No solo es cuestión de considerar que el aprendizaje de algo nuevo pueda ser interesante, se trata de asociarlo a beneficios concretos. No corresponde entender que el ejercicio es bueno, hay que vincularlo con metas específicas que distingan y embellezcan las formas.

El “Workaholic” tendrá que asociar lectura a crecimiento profesional, conquista romántica a desarrollo de estima personal, tiempo familiar a la construcción del mejor hogar del mundo, meditación a un satisfactorio desarrollo interno, etc. Intensidad, de eso se trata. Canalización de lo que hay en abundancia: energía.

Si finalmente se trata de “ocupar tiempo”, entonces es mejor hacerlo de forma productiva. Esto es lo que debe pensar el “Workaholic”. Y la naturaleza de sus procesos mentales lo permite. Cualquier tema que se asocie al trabajo tiene resonancia en él. Luego, argumentar que el estudio puede mejorar su perfil laboral, le otorga consideración especial. Igualmente el ejercicio, la construcción de relaciones sociales, el tiempo familiar, etc. En tanto ésas “otras actividades” se alinean con sus parámetros de productividad y competitividad, tienen posibilidad de insertarse en su agenda y calendario.

Hay que tener en cuenta esto: si el “Workaholic” fuera realmente productivo sería millonario. Pero si no lo es, entonces solo está ocupando artificialmente su tiempo y destruyendo su vida.

Yendo al otro extremo del espectro, la verdad es que mejor trabaja quién más consigue con el menor esfuerzo. Esto es lo verdaderamente valioso y distinguido. Pero los procesos mentales del “Workaholic” difícilmente comulgarán con esta verdad en tanto se encuentre en el círculo vicioso del trabajo como evasión. Por lo tanto, la sustitución de actividades es un camino más corto y práctico.

Una última pero delicada consideración: se trata de sustituir actividades, no incrementarlas. Las “otras tareas” deben reemplazar las del laburo, no sumarse a ellas. Si se da esto último, el resultado puede tener más drama.

El “Workaholism” no es nada trivial. Es un problema complejo. Combatirlo, transformarlo y salir de él no es fácil. Pero finalmente no es algo que tenga la gravedad de otros fenómenos. Las personas tienen el tamaño de los problemas que enfrentan, y los adictos al trabajo ponen a prueba la madera de la que están hechos al superar sus dificultades.

Twitter: @NavaCondarco

Fuente: https://elstrategos.com/




¿Por qué las buenas ideas de negocios no se concretan?

Foto de Steve Johnson en Pexels

Dirán algunos que las buenas ideas de negocios no se concretan por defectos en su ejecución, y tienen razón. Llevar a la práctica una buena idea no es fácil (curiosamente en más sencillo ejecutar “mala ideas”) . Sin embargo, existe un motivo más importante por el que se da el problema: el no entender que toda idea de negocios necesita un periodo de gestación antes que se produzca el parto o “vea la luz”.

Cuando emergen buenas ideas de negocios sólo se produce una concepción, igual que sucede cuando el espermatozoide se une con el óvulo en el vientre materno. Constituye únicamente el momento mágico que da inicio a una nueva vida. Luego tienen que transcurrir 9 largos meses para que ésa vida ocupe el mundo.

Sería justo reconocer que una buena idea es igual que “ése” pequeño espermatozoide que ha triunfado sobre muchos otros para alcanzar el objetivo, pero finalmente solo produce la concepción, el inicio de un largo y maravilloso proceso.

No se puede transitar de la concepción al alumbramiento inmediatamente. Esto quiere decir que no se pueden tener buenas ideas de negocios y colocarlas de inmediato en práctica. Ello no tiene nada que ver con virtudes o defectos de la propia implementación. La gestación no tiene nada que ver con la ejecución.

Las ideas deben gestarse en la mente del emprendedor o en el “cerebro corporativo”, nunca en el mercado. La gestación es un proceso reflexivo no operativo.

Buenas ideas de negocios pueden surgir en gran número y velocidad, pero son solo células fecundadas en tanto no tengan un razonable y enriquecedor proceso de gestación. Y luego, por supuesto, puedan ejecutarse apropiadamente. Esto último ya es un paralelo a lo que sucede con un bebe en los primeros meses de crianza.

Hay personas y organizaciones muy “fecundas” en la producción de ideas, pero si no existe paciencia para procesarlas y enriquecerlas antes de “darlas a luz”, de poco sirve.

Estos son los factores que toman parte en el proceso de gestación de las buenas ideas de negocios:

1.- Tiempo.-

El pensador estratégico (que a propósito, es un gran productor de ideas), sabe perfectamente que el tiempo debe jugar siempre a favor y nunca en contra, y ello es completamente aplicable a éste tema.

Las buenas ideas de negocios necesitan madurar con el tiempo, trascender los interrogantes y cuestionamientos que éste plantea progresivamente. De esta manera se desarrollan y fortalecen, así toman forma concreta y funcional.

Cuando están sometidas a presión negativa de tiempo, las ideas tienen “partos prematuros”, débiles y riesgosos.

Ahora bien, no existe un tiempo específico que considerar en este asunto. No hay recetas. Existen registros de ideas que maduraron la mitad de la vida de una persona y recién se hicieron realidad, como en el caso de Roy Krok, el creador de Mc Donald´s. Y otras que toman semanas o pocos meses.

Las buenas ideas de negocios debe someterse al transcurrir de un periodo de tiempo, esto es lo importante. Aquel que finalmente le plantee seguridad al creador sobre su solidez, confiabilidad y viabilidad. No hay que suponer nunca que “ésa” idea concebida en la ducha, es una “criatura” capaz de interactuar inmediatamente con la realidad, es solo la “célula fecundada”.

Reflexión.-

Esto es “pensar o considerar algo con atención y detenimiento, para estudiarlo o comprenderlo bien”.

No se trata solo de “pensar” en la idea, hay que hacerlo con atención (concentración, enfoque), y detenimiento. Estudiarla hasta comprenderla bien. Modificarla, pulirla, darle forma progresivamente.

Las buenas ideas de negocios son una entidad absorbente, giran en la mente a toda velocidad y a cada instante. Toman posesión de su creador y le exigen dedicación. No amerita sólo pensar en ellas, debe hacérselo con detenimiento, estudio y comprensión. Esto es reflexionar.

Interacción.-

A medida que la idea toma cuerpo en la mente, es indispensable interactuar con otras personas para someterla a prueba. Muchos no le otorgan crédito a esto y cometen un lamentable error.

Frecuentemente existe temor a que una buena idea sea copiada o hurtada por otros, y por ello se  mantiene reserva. Pero si las cosas se hacen bien, estos extremos no tienen por qué manifestarse. No se trata, por supuesto, de compartir inquietudes con competidores o personas que tengan afanes similares, pero deben someterse necesariamente al juicio de alguien más.

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La participación de otras personas suma energía a la gestación, la enriquece, muestra puntos muertos en la visualización de las cosas y evita la comisión de errores. El valor de esto supera en mucho el riesgo que la idea trascienda prematuramente.

Gracias a la interacción se supera ésa tendencia que tienen los emprendedores al autoengaño y el auto convencimiento, e igualmente la lógica que existe en las organizaciones de no “objetar” las ideas del jefe o situarse en la comodidad del flujo convencional de las cosas.

Las buenas ideas de negocios deben colocarse “bajo fuego”. En tanto más, mejor. Y ello solo es posible a partir de la interacción.

Visualización del mercado.-

Esto no tiene nada que ver con un estudio de mercado. Es más, éste último no siempre es recomendable en el proceso de gestación. Las buenas ideas de negocios pocas veces tienen antecedentes o referentes en el mercado, en ello radica precisamente su valor. ¿Qué hubiera sido de la idea de masificación del automóvil si Henry Ford hubiera hecho previamente un estudio de mercado de los que se conocen ahora?

Lo que se necesita es “visualizar” el mercado. Tener un buen conocimiento de él y las dinámicas fundamentales que afectarán la idea una vez que se haya materializado.

El “Strategos” tiene conocimiento del Teatro de Operaciones, pero no es topógrafo o meteorólogo. Esto viene después. Al principio solo es necesario apreciar bien el terreno, lo que lo ocupa y circunda.

Argumentación de las buenas ideas de negocios.-

Este es un aspecto fundamental. No basta concebir y gestar buenas ideas de negocios, hay que tener la capacidad de “venderlas” a los demás. Sin habilidades de ventas nada funciona bien en la vida. Todo concluye en un cesto grande de buenas intenciones.

Si las personas que sean necesarias para eventualmente ejecutar la idea no llegan a convencerse e impregnarse de las mismas emociones que tiene el creador, o bien la idea es mala o lo que es peor, no han existido las habilidades necesarias de argumentación y convencimiento.

Debe existir una básica capacidad de argumentar con detractores, pesimistas e incrédulos. Esto mismo enriquece el proceso de gestación, pero sobre todo garantiza que exista el apoyo fundamental para que la idea trascienda los procesos mentales en algún momento.

Los argumentos son consideraciones, justificaciones, sustentos y sensibilizaciones de la idea que el creador debe tener ordenadas y preparadas. Las buenas ideas de negocios posiblemente puedan considerarse procesos creativos de orden  artístico, pero no deben tratarse como obras de arte sujetas a la interpretación del espectador. Tienen forma definida y deben entenderse y aplicarse así. Eso requiere argumentación profesional.

La transición de la gestación a la ejecución.-

Un recién nacido ni siquiera es un bebe en todo el sentido de la palabra. Es una criatura frágil e indefensa. Precisa un trato especial.

Antes de poner en práctica la implementación, la idea debe adecuarse a un “calce estratégico” entre el autor (es) y el equipo designado para hacerla realidad. El “calce” involucra un trabajo conjunto y sinérgico entre quienes conocen la idea y los que saben cómo ejecutarla. Ambas capacidades no siempre se reúnen en las mismas personas. El calce es “estratégico” porque debe existir entre las partes una venta de posiciones e interpretaciones. Argumentación y debate. Es necesario. Todas las aristas deben pulirse internamente antes de exponerse al mercado.

Conclusión.-

El individuo creativo, sea un emprendedor o la Organización que involucra esfuerzos en ello, es como una madre gestante. La concepción es apenas una parte mágica del proceso. Luego hay un periodo en que el ser toma forma, lenta y sanamente, al menos si se invierten los cuidados necesarios.

Con las buenas ideas de negocios es necesario tener la paciencia y el cariño que tiene una madre con su estado. No es fácil. Pero en ello mismo reside la oportunidad de destacar.

La ejecución de la idea es otra cosa. Otro proceso complejo en el que también se arriesga el potencial de las intenciones y visiones. Eso forma parte de otro análisis, uno en el que, al menos, ya existe una criatura con vida propia.

Twitter: @NavaCondarco

Fuente: https://elstrategos.com/buenas-ideas-de-negocios/


 


Los mejores trucos para ahorrar en aire acondicionado


Imagen de mohamed Hassan en Pixabay

Hemos preparado una colección de ideas con los mejores trucos para ahorrar en aire acondicionado, una forma fantástica de disfrutar de una temperatura agradable dentro del hogar, oficina o cualquier estancia, pero siempre desde la perspectiva de aprovechar bien la energía para sacarle el máximo partido y no consumir más de lo necesario.

No olvides la importancia de realizar el mantenimiento del aire acondicionado

Muchas personas no son conscientes de que el aparato de aire acondicionado también requiere un mantenimiento regular, de manera que independientemente de si lo hacemos nosotros mismos o contratamos un servicio técnico aire acondicionado Barcelona, lo ideal es que este mantenimiento se realice al menos un par de veces al año.

Hay que tener en cuenta que un mantenimiento adecuado va a tener grandes ventajas como son:

  • El aparato va a trabajar menos para alcanzar el mismo rendimiento.
  • Alargarás la vida útil del aire acondicionado.
  • Vas a conseguir una reducción muy considerable del consumo energético.
  • Lograras un filtrado más eficiente que elimine las partículas de polvo, ácaros, polen, etcétera de la estancia.
  • Cualquier pequeño desperfecto se detectara con antelación, evitando la avería del aparato y la interrupción del servicio.
  • Al prevenir averías, vas a ahorrar un montón de dinero.

Recuerda que es muy importante contratar a un servicio técnico Fujitsu Barcelona profesional y con dilatada experiencia en el sector, garantizando así los mejores resultados.

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Invierte en un aparato de aire acondicionado de bajo consumo

También es muy importante invertir en un aparato que consuma lo menos posible, de manera que es recomendable que tengas en cuenta la eficiencia energética antes de su compra.

Para la etiqueta energética que hemos estado utilizando hasta ahora, lo ideal es estar entre la clasificación A y A+++, mientras que para la nueva etiqueta energética, lo ideal es que tenga la clasificación entre la C y la A.

De cualquier manera, el objetivo es que este siempre dentro del tramo verde.

Adapta bien la temperatura para ahorrar en aire acondicionado

Ajustar bien la temperatura puede suponer un ahorro muy considerable, y es que cada grado de diferencia puede incrementar aproximadamente en un 7% el gasto.

Durante el verano, lo ideal es una temperatura de unos 26 °C, mientras que en invierno, lo apropiado es una temperatura de unos 18 °C.

El modo ECO, la opción ideal para bajo consumo

Si tu aire acondicionado es nuevo, lo más probable es que tenga un modo ECO, que no es ni más ni menos que un modo de bajo consumo, el cual te ayudará a ahorrar electricidad.

Este modo impide que el aparato supere una potencia determinada, por lo que tardará más en adaptarse a la temperatura elegida, pero lo hará de un modo más ecológico.

Evita la entrada de calor a las estancias para ahorrar en aire acondicionado

El aislamiento de paredes, techos, suelos, ventanas y puertas es esencial.

Invertir en mejorarlos es una decisión inteligente, ya que se amortiza rápidamente gracias a que se reduce el gasto energético tanto durante el verano como en invierno.

No utilices el aire acondicionado durante la noche

Siempre y cuando puedas evitarlo, lo ideal es no utilizar el aparato de aire acondicionado durante la noche, y para ello es mejor que aproveches la bajada de temperatura durante estas horas, abriendo las ventanas y dejando que la casa se ventile, con lo cual disfrutarás de una temperatura agradable sin gastar energía.

Fuente: https://nosbi.com/



La Secuencia Estratégica. Así se mueven los que triunfan

 

Foto de Gladson Xavier en Pexels

La Secuencia Estratégica es uno de los tres procesos relacionados al movimiento de los recursos estratégicos en la acción. Los otros dos corresponden a las tareas de “Timming” y Retroalimentación. En el marco de estos preceptos actúan las personas y organizaciones que triunfan. Ésta es la dinámica de la Estrategia que permite alcanzar el mejor estado competitivo y prevalecer sobre la resistencia y los oponentes.

El objetivo final de la Estrategia en la dinámica de movimientos, es otorgar el mayor poder posible a los Recursos Estratégicos.  El tamaño no lo es todo en la Estrategia, como bien lo demostraron Napoleón o Erwin Rommel en sus campañas militares. Igual de importante es el orden, el ritmo y la velocidad con la que se movilizan los recursos disponibles.

A los estudiosos en Estrategia les gusta referirse a esto como “masa crítica”. Ése estado en que los recursos se encuentran exponiendo su mayor potencial de acuerdo a tamaño, disposición que tienen y la velocidad que se imprime a sus movimientos.

Por ejemplo, un cuerpo (por pequeño que fuese), en tanto mayor velocidad cobra, más energía posee en el impacto. Una moneda de 50 gramos arrojada de una altura de 100 metros, genera un impacto mayor al que su masa inerte pudiera anticipar.

Si la resolución de los conflictos fuese una cuestión de magnitud, entonces la aritmética sustituiría a la Estrategia. Pero esto (afortunadamente), no es así.

Napoleón dominaba el arte de los movimientos en la Estrategia. Casi siempre contaba con fuerzas inferiores para enfrentar a sus enemigos, pero concentraba todos sus recursos en los puntos débiles del adversario y los movilizaba con mayor velocidad. Erwin Rommel, el general alemán al que llamaron “el zorro del desierto”, ganó la mayoría de sus batallas siendo rápido y flexible en el movimiento de sus fuerzas (habitualmente inferiores a las de sus adversarios).

El dominio de los movimientos es el arma secreta de la Estrategia y la fórmula que ponen en práctica los que triunfan.

Aunque las etapas de “Timming” y Retroalimentación son importantes, la parte vital de la dinámica está representada por la Secuencia Estratégica. Ésta constituye el marco grande donde operan las otras.

La Secuencia es una “serie de movimientos de los recursos estratégicos que se suceden unos a otros y guardan relación entre sí”. Se producen en un orden establecido y cadencioso, uno después de otro. Todos perfectamente relacionados, explicándose y justificándose mutuamente.

La Secuencia Estratégica contempla los siguientes movimientos:

1.  Ofensiva

2.  Consolidación

3.  Dominio

4.  Defensa

Para perfeccionar la victoria (en cualquier ámbito), se debe tener posesión de lo que se desea, esto quiere decir que la conquista se debe concretar. Ello se consigue moviéndose hacia el objetivo (ofensiva), consolidando los avances que se tengan, dominado lo obtenido y siendo capaz de defenderlo.

La ofensiva. Las primeras acciones de la Secuencia Estratégica.-

La “ofensiva” es el abordaje, el ataque del objetivo que se persigue. Son las acciones iniciales (y muchas veces las únicas), que se activan para cumplir los propósitos. Nada se materializa sin estas acciones, ningún proceso toma forma si no se inicia la marcha.

La ofensiva concentra la mayor parte de la sabiduría estratégica. No son necesariamente los movimientos más complejos, pero sí los más sensibles. El hecho mismo de actuar decididamente, no es común a todas las personas, y hacerlo metódicamente, con la determinación de vencer la resistencia y los adversarios, es mucho más difícil.

La mayor parte de los procesos de planificación y los planes que hacen las personas y las organizaciones, están relacionados a los movimientos ofensivos que contempla la Secuencia Estratégica. En ello se concentra energía, recursos, tácticas, cronogramas y sistemas de evaluación. Esto es lo mismo para una empresa que busca alcanzar sus metas en el mercado o para una persona que se ha propuesto bajar de peso.

La Ofensiva agrupa las acciones destinadas al abordaje de las posiciones que se desean y a su conquista.

Ahora bien, se dice que son las primeras y posiblemente las únicas acciones que se lleven a cabo por una sencilla razón: el fracaso. Los movimientos de la Ofensiva pueden ser exitosos o no. Y si sucede esto último, la Secuencia Estratégica habrá concluído al mismo tiempo que sus primeros movimientos.

Por otra parte, si los movimientos de la Ofensiva tienen éxito, no por ello se puede afirmar que el objetivo ha sido conquistado, porque para esto se deben perfeccionar los movimientos de Consolidación, Dominio y Defensa de Posiciones.

La Consolidación de Posiciones.-

El desconocimiento relacionado a los movimientos de Consolidación, y la poca habilidad para llevarlos a cabo, explican la gran mayoría de los fracasos para alcanzar los objetivos.

La Consolidación de Posiciones constituye una etapa de la Secuencia Estratégica que se genera como efecto de los movimientos ofensivos, o si prefiere entenderse de otra manera, una que DEBE generarse como efecto de movimientos ofensivos exitosos.

Muchos piensan que la Estrategia sostiene como únicos movimientos los de ataque y defensa, de manera que cuando existe uno no lo hace el otro, y viceversa. Pero esta lógica imprime rasgos de severidad poco prácticos y no proporciona mucho margen de acción.

La Consolidación de Posiciones busca el “perfeccionamiento de los movimientos ofensivos”, otorga parámetros mensurables para calificar la arremetida y evita que los esfuerzos se diluyan en la inercia propia del vigor de una ofensiva. En última instancia, la Consolidación determina el éxito o fracaso de los movimientos ofensivos.

Ofensiva y consolidación tienen vínculo estrecho, se explican mutuamente y comparten la misma naturaleza en el movimiento de los Recursos Estratégicos.

Un error de las personas y empresas que alcanzan sus objetivos (o las metas menores que llevan a ellos), es transitar directamente de la conquista a la defensa. Si las posiciones alcanzadas no se CONSOLIDAN primero, es muy difícil y costoso defenderlas. Y las acciones de consolidación no son iguales que las ofensivas o defensivas.

En los movimientos militares, los ejércitos disponen fuerzas específicas para la consolidación de las posiciones conquistadas por la ofensiva. Nunca esperan que las mismas fuerzas que alcanzaron las metas, sean las que consoliden las ganancias. Son acciones, disposiciones y recursos muy distintos los dedicados a uno u otro objetivo.

Éste es un pequeño pero importante consejo de la Estrategia: entienda que los esfuerzos no terminan con la conquista de un objetivo, más bien allí empiezan, porque luego hay que consolidar las posiciones obtenidas, dominarlas y preparar su defensa.

¡CONSOLIDE SUS TRIUNFOS!, solo así serán una realidad concreta.

El Dominio de Posiciones en la Secuencia Estratégica.-

Solo a partir del Dominio de las posiciones se puede decir que existe una “conquista”.

El término “dominio” se sitúa a distancia del de “consolidación”, y debe entenderse como resultado de la existencia del primero, uno que por otra parte se ha conseguido a partir de la evolución favorable de los hechos.

Las posiciones que pueden considerarse bajo dominio propio ya no le pertenecen a nadie más, éste un factor importante. La resistencia o el oponente han dejado de tener participación o presencia en la posición conquistada.

Si se ha conseguido llegar a este punto, y las posiciones bajo control propio corresponden a los objetivos planteados, puede darse por concluida la ofensiva. Son las posiciones dominadas las que se habilitan para la planificación de los movimientos defensivos.

Así como la etapa de Consolidación de Posiciones tiene un vínculo natural y estrecho con la Ofensiva, así el Dominio de Posiciones lo tiene con la Defensa.

Defensa de posiciones.-

Bien lo dice el dicho: las ofensivas exitosas ganan batallas, pero son las defensas las que ganan guerras. O aplicado al futbol: los ataques ganan partidos, pero las defensas garantizan campeonatos.

Muchos misterios importantes de la Estrategia están vinculados a las acciones defensivas. Los Strategos más grandes de la historia le dedicaron a esto más energía y tiempo que a las artes del ataque.

Defender lo propio no es fácil, mucho menos si está sometido al ataque de alguien, lo que de hecho es una constante en el mundo de los negocios.

Por otra parte, las acciones defensivas deben lidiar también con las poderosas fuerzas de la entropía, puesto que por dinámica natural existe siempre la tendencia a la pérdida de orden en un sistema, cualquiera que éste fuese, y mucho más a medida que el tiempo transcurre.

Por esto en la Estrategia se sostiene, frecuentemente, que “la mejor defensa es un buen ataque”, porque ello permite orientar la dinámica hacia los primeros movimientos de la Secuencia Estratégica e impide la parálisis que a veces llega asociada a esfuerzos netamente defensivos.

Pero esto del “ataque como la mejor defensa” no es un Principio Estratégico, es solo una opción, porque entre las artes de la defensa, existen dinámicas como la “defensa móvil” o el “contraataque” que rescatan la energía de las ofensivas pero parten de la fuerza que otorga la posesión.

Los conocimientos estratégicos asociados a la Secuencia Estratégica son tan extensos y ricos como el tiempo que tienen entre los seres humanos, puesto que la Estrategia es el sistema de gobierno más antiguo que se conoce, remontándose a la gestión de los primeros conflictos de las personas, allá en las cavernas.

Estas líneas no alcanzan para explicar el tema como se debe. Sin embargo, cumplen su propósito cuando las personas entienden que para ser altamente competitivos no pueden limitar sus acciones a conquistar metas y objetivos, deben además consolidarlos, dominarlos y tener la capacidad de defenderlos en el tiempo.

Esta es la importancia de la Secuencia Estratégica.

(Mayores detalles pueden obtenerse en el libro “El Strategos y la Estrategia de Ventas: cómo plantear y ejecutar la Estrategia para la lucha en el mercado“)

Fuente: https://elstrategos.com/