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Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Angel Moreno Villarroel

Novela «El Terror de Alicia» Autor: Miguel Angel Moreno Villarroel
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En ventas, un NO vale más que 100 “tal vez”


En ventas, el “rechazo” es la norma y el consentimiento la excepción. Esta es una realidad intrínseca del proceso, una que precisamente le otorga la distinción que tiene. Porque pocas actividades hay con mayor valor que las ventas, en cualquier ámbito de la vida. Vender no es fácil, pero es una destreza indispensable para el desenvolvimiento social. Por esto es importante entender la lógica del “rechazo”.

Consiga un No, alcance un No, coleccione los No

Reconocer que un No es mucho mejor que un “tal vez” es altamente contraintuitivo, especialmente en ventas. Se asume que el No representa el cierre definitivo del proceso. Y parece que un “tal vez” otorga esperanza y espacio para perseverar por el objetivo.

Pero nada más alejado de la realidad.

Porque este razonamiento no toma en cuenta un asunto fundamental: para el vendedor, el tiempo es su moneda de cambio. Su activo principal. Y si lo gasta en muchos clientes que sostienen interminables “tal vez”, no puede dedicarlo a otros recursos potenciales.

Lo más probable es que un “tal vez” siga siendo un “tal vez”.

Puede parecer que el estado se encuentre más cerca de un sí que de un rechazo frío, pero convertir un “quizás” es mucho más difícil de hacer en la práctica de lo que parece conceptualmente.

Porque detrás de quienes sostienen un “tal vez”, la mayoría de las veces existe una personalidad vacilante. Alguien indeciso, evasivo, posiblemente susceptible y frívolo. Y con este tipo de caracteres la probabilidad de perder tiempo es muy alta.

En estas negociaciones es indispensable llegar a un sí o un No. Bien sea poniendo una fecha límite al “tal vez” o tomando uno mismo la decisión del No por parte del prospecto.

En ventas, “te mueres cuando te responden con mil Quizás”.

Ésa es la afirmación de Tyler Bosmeny en su charla  “Cómo iniciar una startup” realizada en Stanford.

Dado que cualquier proceso puede morir mientras se espera que muchos “tal vez” aterricen, la recomendación es obtener un No claro y rápido. Sin interpretaciones “positivas” por falta de respuestas o por la existencia de afirmaciones parciales.

Esta política de llegar al No lo más rápido posible tiene otros beneficios. Por un lado, evita el compromiso de satisfacer solicitudes especiales, y por otro permite que un No sea motivo de celebración. Porque finalmente la negación no se interpreta como un rechazo, más bien como una conclusión.

En ventas las conclusiones son siempre buenas. Tanto así, que registrar una “colección de No” y asociarlas estadísticamente a los aciertos, puede iluminar una senda de éxitos.

Obtener un No es una parte integral de los esfuerzos en ventas.

Nada de qué temer o avergonzarse. Un No significa, simplemente, que se está más cerca del próximo sí.

Recopilar las negativas y tratarlas como un logro es aplicar una llave psicológica de judo al rechazo. Consigue que el trabajo sea más fácil, divertido y eficiente.

“Después del No final viene un Sí, y de ese Sí depende el mundo futuro”

(Wallace Stevens)

Parte de lo que hace que el trabajo en ventas sea tan difícil es que los contratiempos van acompañados de otro ser humano que dice “No”, y que a veces incluso se enfada. Esto choca con una energía de la evolución que trata de no molestar a otras personas y recuerda que los humanos están destinados a trabajar juntos.

Si una computadora tuviera una voz humana que gritara “¡No!, lo estás haciendo mal, no me gusta” por cada error cometido, los trabajos se volverían muy difíciles y los resultados frustrantes. Esto no pasa en el ejercicio de la mayoría de los oficios humanos, pero sucede siempre en ventas. Por ello es una labor que tiene complejos desafíos emocionales.

Cambiar la perspectiva y coleccionar los No alivia esta carga y ayuda a que los equipos de ventas avancen de manera más efectiva.

En ventas lo importante es sostener el ritmo y seguir con el movimiento.

De esta forma se alcanza el flujo indispensable de eventos que explica todos los esfuerzos. Un No permite que las aguas sigan su curso haciendo abstracción del obstáculo, en tanto que un “tal vez” detiene la dinámica.

Los procesos de negociación son extremadamente frágiles. Hay un millón de cosas diferentes que pueden descarrilar los propósitos. Las prioridades cambian, las empresas se reestructuran, los presupuestos desaparecen, surgen competidores, las perspectivas superan las promesas o exageran su influencia real, etc.

Sin embargo, nada de ello es lo peor que puede pasar. Porque hay un solo factor que no puede ser superado y garantiza el fracaso total e irreversible: el tiempo.

“El tiempo mata todas las ofertas”

En realidad, el tiempo finalmente mata todo. Personas, nuevas empresas, carreras profesionales y especialmente ofertas. Si se dispone del tiempo suficiente, “algo” anulará el trato.

Por esto corresponde llegar a un “Sí” o un “No”, pero nunca a un “tal vez”.

Independientemente de lo buena que pueda ser la relación con un prospecto, a veces la luna de miel debe llegar a su fin. En ventas, no todos los cuentos de hadas terminan con una respuesta definitiva. Esto es normal. Lo malo es que exista indiferencia respecto a los servicios o el producto. Y ello está representado en el “quizás”.

Los esfuerzos en ventas pueden conseguir que los resultados fluyan desde un completo no hasta la total aceptación. Como un péndulo. Pero el “tal vez” coloca este péndulo en pausa y sin destino definido.

Si el trato no avanza para cerrarse, y no está claro el por qué, probablemente se dirija hacia un “tal vez”. Por eso muchas interacciones parecen durar para siempre y nunca se cierran.

Estas son tres excelentes maneras de superar el “tal vez” y mantener el negocio en movimiento:

1.- Puede parecer una obviedad, pero es necesario que ¡obtenga más datos!

Si no está seguro de algo, infórmese. Obtenga más información sobre los procesos internos del cliente, la forma en que examinan a proveedores de su tipo, intenciones disposiciones y presupuestos. Haga lo posible por no asumir cosas que podrían alterar sus probabilidades de cerrar el trato.

No se equivoque al interpretar la dirección del péndulo solamente porque no obtuvo toda la información necesaria.

2.- Realice el “test de urgencia”.

Inste a su cliente a seguir adelante compartiendo con él alguna razón, real o inventada para que firme (mentiras piadosas, no grandes 😀). Puede probar la urgencia en torno a precios, promociones, tiempo, la competencia o cualquier otro tema candente que tenga sentido para el acuerdo.

3.- ¿No recibe respuestas reales? Envíe el correo electrónico de ruptura.

La idea de esto, en lo posible, es obtener una respuesta positiva. Cuando un cliente transita una zona opaca y no está proporcionando las señales necesarias para calificar la oportunidad en uno u otro sentido, envíe un correo electrónico de ruptura. Debe ser breve, al punto y muy empoderado. Ninguna muestra de desesperación. Nada puede ser peor que comunicarse con ira, desdén o decepción en una situación como esta.

“Apreciado cliente, espero que esté pasando por un excelente día. Sólo quería enviarle esta nota para decirle que parece que no podremos hacer negocios esta vez. Entiendo que probablemente esté demasiado ocupado en este momento. Hablemos cuando esto vuelva a ser una prioridad”.

Este tipo de acercamiento proporciona una respuesta el 90% de las veces.

Recuerde: en ventas el activo principal es siempre el tiempo y el uso relacionado de energía.

Por esto debe rehuir cualquier “tal vez” como estado en una negociación comercial. Es un agujero negro para el tiempo y la energía.

El sí es el objetivo, el no un peldaño más en la escalera que conduce a la meta. Un “tal vez” es solo vacío.

El sí y el no proporcionan claridad, el “quizás” solo incertidumbre.

Fuente: https://elstrategos.com/en-ventas/

El protocolo para hacer selfies - selfis. Reglas de etiqueta para los amantes de los selfies - selfis


Consejos sobre cómo hacer algunos selfies en diferentes situaciones. Cómo ser respetuoso con los demás cuando compartimos nuestros selfies

Redacción Protocolo y Etiqueta 

Aprende a tomar selfies con cierta elegancia: Una guía completa de protocolo para hacer selfies

Las selfies se han convertido en una de las formas más populares de capturar momentos únicos o especiales y compartirlos en las redes sociales. Los selfies son algo más que una moda. Han venido para quedarse. Los grandes avances de la tecnología y el acceso de gran parte de la población a todo tipo de dispositivos móviles con cámara han hecho que sea muy fácil tomar fotos de nosotros mismos en cualquier momento y lugar.

Pero, hacerse selfies y compartirlos en redes sociales o con otras personas también tiene sus reglas. Puede ser tan peligroso tomarse un selfie -me vienen a la memoria esos selfies que se hacen en acantilados y al borde de las azoteas de los rascacielos- como compartirlos en determinadas redes o con determinados grupos de personas. Pero vamos a empezar por el principio y definir el término selfie.

¿Qué es un selfie?

Una selfie es una foto que se toma de uno mismo -autofoto, sería la traducción literal-. Autorretrato fotográfico, que se hace generalmente con una cámara o dispositivo digital. Es lo que en protocolo.org hemos dado en llamar "la foto egoísta".  Antes pedías que te hicieran una foto. Ahora, nos la hacemos nosotros mismos.

5 consejos para hacer selfies con 'clase'. El arte de sacarte un buen selfie

Hacer un buen selfie es algo más que apuntar y hacer clic. Aunque la función "Auto" haga casi todo el trabajo por nosotros, siempre se puede buscar un buen encuadre, sonrisa o fondo más apropiado a cada entorno y momento.

Buscar una buena iluminación

La luz es esencial para un buen selfie. La mejor opción es una fuente de luz natural. Hay que evitar los contraluces, destellos y cualquier  otro error de iluminación. Si no hay suficiente luz natural, utilizaremos una fuente de luz como un foco.

Encuentra el ángulo correcto

No hay una receta universal. A algunas personas les gusta tomarse las fotos desde arriba, mientras que a otras les gusta tomar fotos desde abajo -cuidado con la papada-. La solución ideal: probar diferentes ángulos para ver cuál es el mejor.

Conoce tu mejor lado

Cuántas veces hemos oído eso del lado bueno. Y no nos referimos a la bondad de una persona. Nos referimos a nuestro mejor perfil facial. ¿Qué lado de tu cara te parece más atractivo o fotogénico? Una vez decidido nos vamos a tomar el selfie de ese lado. Aunque no lo queramos reconocer, la mayoría de la gente tenemos un lado de la cara que nos gusta más.

Sonríe. La sonrisa mejora cualquier selfie

No hay nada más atractivo y que aporte un toque de belleza a una fotografía que una sonrisa natural. Una sonrisa sincera, no forzada, es lo que convierte un selfie común en algo realmente hermoso.

Usa los filtros con prudencia

Los filtros pueden hacer maravillas con cualquier selfie. Corrigen la luz, ocultan imperfecciones, potencian ciertas zonas, etc. Pero, ¡cuidado!, no hay que abusar de los filtros, porque pueden hacer que la foto no parezca real.

Reglas de etiqueta para compartir nuestros selfies en redes sociales o con otras personas

Ahora que ya sabemos cómo hacer un buen selfie, vamos a ver algunas reglas de etiqueta para poner en circulación esos selfies. Hay una gran diferencia entre los selfies unipersonales y los selfies en los que salen otras personas.

Elige qué y con quién lo compartes

No todos los selfies son para compartir con todo el mundo. Vamos a pensar en la imagen que estamos compartiendo y en quién la verá. Hay imágenes que no son idóneas para que las vean menores, nuestros padres, etc. Si no estamos muy seguros, mejor no la compartimos.

No cuentes tu vida con pelos y señales

Hay personas que comparten casi todo lo que hacen. No es cuestión de compartir todas las fotos que tomas. Puede que algunas personas tomen la decisión de bloquearnos o silenciarnos. Hay que ser un poco más selectivo y compartir únicamente las mejores fotos. También hay que saber que podemos tener distintos tipos de seguidores. Hay que eligir bien los destinatarios y los tipos de fotos que les interesan a esos seguidores.

Comparte experiencias, no presumas

Algunas personas han convertido las redes sociales en una competición. No intentemos impresionar a nadie con nuestras fotos. Mucho menos, que no se nos ocurra trucar las fotos. Hay herramientas digitales muy buenas y potentes, pero esa foto visitando París el día X con la Torre Eiffel al fondo, cuando hay una foto nuestra ese mismo día X en una terraza de la ciudad donde vivimos con nuestros amigos, nos dejarán en muy mal lugar.

Muy importante: sé respetuoso

Sobre todo, respetemos la privacidad de las personas y pedir permiso. No compartamos selfies donde salen más personas, al menos sin su permiso. Evitemos compartir también selfies inapropiadas. Es un poco subjetivo este término, pero casi todo el mundo sabe a qué se refiere con inapropiado.

Cómo tomar selfies apropiados en diferentes situaciones

Aunque la mayoría de las selfies se toman en situaciones divertidas o informales, como en la playa, en el campo o en una fiesta con amigos, hablando de protocolo y etiqueta, también es posible tomar selfies en situaciones más formales. Vamos a ver algunas de esas ocasiones.

Selfies en una boda

Debemos evitar hacernos selfies durante la ceremonia de la boda o cuando los novios están saludando a los invitados al terminar la ceremonia. Ya habrá tiempo para eso después. Un detalle muy importante. Procuremos no compartir los selfies de los novios y otros invitados el mismo día. Podemos arruinar alguna sorpresa -que no una exclusiva- que los novios u otros invitados quieran dar a otras personas.

Hacerse un selfie en una entrevista de trabajo

No es una buena idea. Menos aún, compartirla. Puede dar la sensación de no tomarse demasiado en serio la entrevista de trabajo. Es mejor que nos preocupemos de vestirnos de manera apropiada y estar preparados para hacer una buena entrevista. Puede ser el comienzo de una larga carrera laboral.

En una reunión de negocios, ¿nos hacemos un selfie?

Como en el caso anterior, un selfie no es demasiado apropiado en una reunión de negocios. Pero, ¡cuidado! Ahora, hay empresas con CEOs jóvenes o de sectores tecnológicos donde puede que no esté tan mal visto. Si surge esta idea, la mejor opción es hacerlo al final de la reunión.

Los selfies en los eventos más formales

En eventos formales, en la mayoría de los casos mejor que no. Pero vamos a diferenciar eventos. Una cosa son las galas o cenas del mundo del espectáculo, donde se puede hacer un selfie en la alfombra roja -que no siempre es roja- y después de que el evento ha concluido. Otra cosa son los eventos oficiales o institucionales. Selfies, no. Aunque ya hemos visto algunos, al paso que vamos, pronto es posible que los veamos como algo más habitual.

Los selfies son una forma popular de capturar momentos especiales y compartirlos tanto en las redes sociales como con grupos de personas de nuestra lista de contactos. Pero como hemos comentado en los párrafos anteriores, es importante seguir unas mínimas reglas de etiqueta y cortesía al compartir estos selfies. Si molestamos, disgustamos u incomodamos a alguien, algo estamos haciendo mal.

Nota. En español habría que poner selfi y selfis, pero hemos optamos por la versión inglesa de la palabra, porque es más conocida y utilizada por el gran público.

Fuente: https://www.protocolo.org/social/etiqueta-social/el-protocolo-para-hacer-selfies-selfis-reglas-de-etiqueta-para-los-amantes-de-los-selfies-selfis.html

  

Lo que todo emprendedor debe conocer. 42 experiencias


Existen muchos elementos que todo emprendedor debe conocer, y no es sencillo hacer una síntesis. El siguiente es, sin embargo, un esfuerzo para registrar ciertas cosas fundamentales.

En la delicada labor de emprender hay situaciones y hechos que se repiten con frecuencia. Todos ellos han sido vividos por alguien en cierto momento y circunstancia, y consituyen un activo valioso para el emprendimiento: experiencia.

Las personas inteligentes aprenden de sus errores y aciertos, pero el sabio lo hace de errores y aciertos de los demás.

A continuación se resume un poco de ésa vivencia ajena que tanto puede aportar.

1.-La soledad es desafiante compañera de la libertad.

En realidad ése es muchas veces el costo que ésta tiene. Y ése costo no lo asume cualquiera. Todo emprendedor debe saber que el camino escogido no está poblado de mucha ayuda o comprensión. Así como no lo está la ruta del que explora nuevas sendas o posibilidades. ¡No puede estarlo! El emprendedor es, en definitiva, un pionero, y ésta tarea se la realiza siempre en soledad.

2.-El emprendedor vive entre intuiciones y percepciones. Ideas y sueños.

En ése mundo no existe mucha posibilidad de compartir esfuerzos. La tarea principal de quien emprende es “vender la magia” a los demás. Y eso no es sencillo.

3.-Detrás de un emprendedor no hay una idea o un proyecto, detrás de un emprendedor hay una DECISIÓN DE HACERLO.

4.- Si el emprendedor no enfoca toda su capacidad, recursos y tiempo en hacer del emprendimiento una forma de vida, el proceso corre el riesgo de convertirse en una anécdota.

5.- Solo quién “quema naves” tras la decisión de emprender, llega en algún momento al objetivo.

6.- El emprendimiento es una forma de ver y hacer las cosas en la vida, no es un oficio que depende de los resultados.

7.- La persona que no tiene capacidad de coexistir con el fracaso, las pérdidas y la frustración, no está habilitada para desenvolverse exitosamente como emprendedor.

8.- En el mundo del emprendimiento las victorias constituyen  gramos de oro entre toneladas de lodo y arena. Y hace falta un colosal esfuerzo para separar una cosa de la otra.

9.- Si el emprendedor no sabe perder no está habilitado para ganar.

Porque el triunfo es apenas una de las contiendas en las que no se ha perdido, y el mérito jamás se encuentra entre los “ganadores” sino entre aquellos que saben perder.

10.- El fracaso es un maestro de mayor valor que el éxito.

Las adversidades forjan el carácter como pocas cosas, y la resolución de los problemas conduce al hombre a la sabiduría.

11.- En la vida del emprendimiento el fracaso es rutinario y el éxito extraordinario. Los problemas son una constante y lo positivo una excepción.

12.- El emprendedor debe ser una persona que lleve el optimismo en el corazón y el pesimismo en la cabeza.

13.- No existe nadie que pueda ser calificado exclusivamente como optimista o pesimista. El emprendedor debe conocer la funcionalidad de ambos estados.

14.- Ser positivo cuesta muy poco, ser una persona negativa cuesta una vida entera de infortunios.

15.- El emprendedor debe saber que una vez que ha dado forma a su negocio tiene que replicarse en otras personas o en una estructura.

Debe conseguir que otros vean y hagan las cosas como él mismo.

16.- Se aprende más entendiendo lo que NO debe hacerse que aquello que debe hacerse.

De la primera forma se evitan errores, en tanto que de la segunda es “probable” conseguir aciertos.

17.- Emprender no es una decisión fácil, pero en el fondo no es diferente a otras decisiones relevantes que se toman en la vida profesional. Si las cosas salen bien, ¡fantástico!, y si no lo hacen, existirá SIEMPRE otra oportunidad.

18.- El emprendedor debe entender que el emprendimiento es un NEGOCIO, no una empresa.

El negocio es una actividad no una estructura. Todo negocio que se desarrolle apropiadamente podrá convertirse en una empresa o Corporación. Pero ello corresponde con el porvenir de las cosas, no con el devenir que plantea el presente.

19.- El emprendedor debe enfocarse en producir y vender. porque esto es lo que condicionará la supervivencia y el éxito del negocio.

20.- Entregarlo todo por el negocio y ser el último que “experimente” los beneficios que proporciona, no es procedimiento recomendado para darle futuro al emprendimiento. El emprendedor debe ser “quien se pague primero”.

21.- No es el marketing quién determina la existencia de las ventas. Son éstas las que, eventualmente, recurren al marketing con propósitos específicos.

Todo emprendimiento nace con un determinado perfil de negocio. Éste es el que establece su potencial competitivo y hace posible que se perfeccionen las ventas. No hay emprendimiento sólido y sostenible que se lance al mercado solo fundamentado en una técnica de marketing.

22.- Hay distancia entre ser paciente y ser impaciente.

La primera es una virtud que no se encuentra al alcance de cualquiera. La segunda un defecto que se debe evitar a cualquier costo.

23.- La impaciencia es la causa mayor del fracaso de los buenos emprendimientos.

La impaciencia supera a la vacilación, falta de fe y aversión al riesgo como factor de fracaso del emprendedor.

24.- Sin paciencia se hacen viajes cortos, se navega en superficie, se coquetea con la seducción de “lo promedio”. Aquello que se halla tan cerca de lo mediocre.

25.- La paciencia tiene la virtud de alinearse con ése médico infalible que tiene la naturaleza: el tiempo. Éste es quien al final remedia y resuelve todo.

26.- TODAS las personas que tengan capacidad de VENDER algo en términos razonables, tienen las condiciones técnicas para ser un emprendedor.

27.- Quien posea una visión para vender algo sumada a una básica capacidad para conseguirlo, está habilitado para emprender.

28.- La deuda no es ni buena ni mala. Simplemente más o menos necesaria. La virtud se encuentra en establecer dominio sobre ella. Esto es algo que todo emprendedor debe conocer para hacer viables sus proyectos.

29.- El trabajo ordenado y productivo no tendrá fruto si nadie lo conoce y está en disposición de “comprarlo y pagarlo”.

30.- La publicidad no vende, la Estrategia lo hace.

31.- Toda persona que alcanza sus objetivos en la vida profesional, se considera exitoso y en paz consigo mismo, ha tenido que ser capaz de mantener un delicado equilibrio en sus intereses familiares.

32.- El proceso de vivir es una lucha y no una conquista, porque no existe el triunfo definitivo. Una victoria solo conduce a la próxima contienda.

33.- No tiene mejores posibilidades quien acumula más conocimiento o destreza en las artes y las ciencias, quien las tiene es el Guerrero que ha hecho de la lucha por la vida una profesión.

34.- ¡Para que alguien afirme que está haciendo un negocio debe estar produciendo y vendiendo algo!

35.- Cuando los problemas de ventas ingresan por la puerta todas las demás cosas salen por la ventana.

36.- Quién sabe manejar bien un negocio no necesariamente sabrá manejar bien una empresa.

Los conocimientos y las aptitudes son diferentes. Y el primero que debe tomar conciencia de ello es el emprendedor.

37.- Los emprendedores forman parte de una élite sin quererlo ni buscarlo. El emprendedor debe conocer y estar consciente de lo que ésta responsabilidad significa.

38.- La formación del emprendedor como persona tiene igual o mayor importancia que su formación como profesional.

39.- Todo emprendedor debe conocer que vender de manera sostenida en el tiempo involucra desarrollar un sistema que considere requisitos propios, demandas de los clientes, particularidades del mercado y sobre todo la competencia.

Cuando las ventas se ajustan a estas exigencias y vencen esos obstáculos perfeccionan el negocio.

40.- En todo emprendedor y en cada emprendimiento, existe un profesional de la estrategia, un STRATEGOS.

41.- La perseverancia es el vehículo que permite finalmente alcanzar los objetivos. Pero la paciencia es el combustible que mueve ése vehículo.

42.- Preocupado debe estar quién pocas veces enfrenta algún problema, porque es posible que no esté haciendo nada significativo.

Fuente: https://elstrategos.com/lo-que-todo-emprendedor-debe-conocer/

Cómo moverse de forma correcta en un buffet. Cómo moverse en un bufé según la colocación de las mesas. Tipos de bufé - bufet (con vídeo)


El bufé es una de las formas de servir la comida que más se extendido en la actualidad. Su relativa sencillez y el ahorro de costes y tiempo han sido dos de sus grandes aliados

Redacción Protocolo y Etiqueta 

Tipos de bufé - bufet. La forma correcta de moverse en un bufé - bufet

El bufé es una de las formas más 'cómodas' de ofrecer comida a los invitados. O a los clientes, si hablamos de hoteles y otros establecimientos de hostelería. Es una manera de ahorrar personal y de ofrecer total libertad a los invitados para servirse lo que quieran. Es un self-service de comida.

En qué consiste el bufé - bufet

Se hace una especie de 'cadena de montaje' en la que se coloca de un modo secuencial todo lo necesario para poder servirse los alimentos que más nos apetezcan. Se colocan una o varias mesas -también conocidas como islas-.

En la primera mesa o al principio de la mesa, si solo hay una, se colocará todo lo necesario para poder servirse, como los platos, los cubiertos, las servilletas, etcétera. No siempre es así. Como en todo hay excepciones o criterios distintos. Por ejemplo, hay bufés donde los cubiertos y las servilletas están al final del todo. La razón: en función de los platos que se elijan podemos necesitar unos determinados cubiertos.

A continuación, se colocarán los distintos tipos de alimentos. Pueden ser platos fríos y/o calientes.

Por último, se suele colocar la bebida.

Tipos de bufé - bufet

Los hoteles han popularizado la figura del bufé. También los cruceros han sido uno de los grandes difusores del bufé - bufet. Como indicamos al principio de este artículo, es una forma de ahorrar personal y de dar libertad a los clientes. Pero, ¿cuántos tipos de bufet existen? Casi tantos como nombres de comida.

Los bufés más conocidos son:

Bufé desayuno. El que se celebra a primera hora de la mañana. Se suelen ofrecer, en su mayoría, platos fríos: embutidos, quesos, fiambres, etcétera, así como bollería diversa y otros alimentos de panadería-confitería.

Bufé 'coffee break'. Comida ligera a media mañana. Se suele hacer en congresos y reuniones de este tipo. Es muy similar al bufé desayuno.

Bufé brunch. Es la comida que se celebra entre el mediodía y la hora de la comida. Se suelen ofrecer una amplia variedad de alimentos.

Bufé almuerzo. Es el que sustituye a la comida del mediodía. Se suele ofrecer en hoteles, restaurantes y otros establecimientos de hostelería y restauración. Podemos encontrar alimentos más elaborados, similares a los ofrecidos en una comida a la carta.

Bufé merienda. Es una especie de brunch a media tarde. En este tipo de bufés se suelen ofrecer alimentos dulces y salados en casi la misma proporción. No se suelen ofrecer platos elaborados como los ofrecidos en un almuerzo o cena bufé.

Bufé cena. Se ofrecen platos algo más ligeros que los del bufé de hora de comer.

Es posible que algunos bufés tengan sus propios nombres cuando se ofrecen en un determinado horario y en un determinado tipo de evento. Pero, en general, todos tiene una línea muy similar a seguir.

Cómo moverse en un bufé - bufet

La principal pista nos la puede dar la situación de los platos y los cubiertos. Este suele ser el inicio del recorrido por el bufé - bufet. A partir de aquí hay dos formas de moverse.

1. De izquierda a derecha. Cuando la mesa o mesas están junto a una pared, el orden de 'circulación es de izquierda hacia la derecha.

2. De derecha a izquierda. Si hay una mesa o serie de mesas -islas- en el centro u otro lugar de una sala, pero no se encuentran junto a una pared, sino que se pueden rodear en su totalidad, entonces el movimiento suele ser el de las agujas del reloj, de derecha a izquierda.

Por último, muy importante a tener en cuenta, no utilizar nunca nuestros cubiertos, aunque estén limpios y sin usar, para servirnos de los recipientes comunes. Cada alimento y su contenedor tendrá sus propios cubiertos para servirse: cucharón, pinzas, etcétera.

Fuente: https://www.protocolo.org/social/la-mesa/como-moverse-de-forma-correcta-en-un-buffet-como-moverse-en-un-bufe-segun-la-colocacion-de-las-mesas-tipos-de-bufe-bufet.html

Las dos formas clásicas de moverse en un bufé - bufet



 

¡Cuidado con la perseverancia! No postergue decisiones


Si bien la perseverancia es requisito indispensable para que los emprendimientos tengan éxito, puede constituir también una desventaja en el desenvolvimiento del negocio si no es entendida apropiadamente. Hay que ser cuidadoso con las interpretaciones.

La perseverancia es el título del libro que cuenta la historia del emprendedor. Pero no explica el contenido de cada capítulo.

De todos los requisitos que se precisan para emprender, la perseverancia está asociada a fuerza de voluntad y poder de “tracción” para enfrentar la adversidad y sobrellevarla. En ello es virtuosa aliada de habilidades y aptitudes, pero no tiene capacidad de sustituirlas.

La confusión en esto puede provocar algo frecuente en los actos de gobierno: la procrastinación.

No existe término que explique mejor el asunto. Procrastinar es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras menos relevantes. A diferencia de postergar algo, el acto de procrastinar SUSTITUYE la actividad postergada por otra menos importante y “más cómoda”.

En el emprendimiento existen situaciones que deben atenderse tomando decisiones objetivas y oportunas, hechos que deben modificarse profundamente. Pero cuando el emprendedor gestiona el negocio enfocado en la lógica de perseverar, puede caer en la trampa de postergar o sustituir éstas decisiones por otras de menor relevancia.

A veces la línea es delgada entre perseverancia y obstinación.

La primera es una virtud, pero la segunda un defecto costoso. Precisamente porque se evidencia tarde, luego de un ciclo largo de procrastinación.

La perseverancia se perfecciona como acto de gestión en tanto que las tareas se estén conduciendo por el camino correcto.

Si el camino está equivocado, la perseverancia sólo conseguirá que el error se manifieste más tarde y a mayor costo.

Cuando el emprendedor empieza sus tareas adopta una conducta perseverante como forma, casi intuitiva, de sustituir la experiencia que no posee. Y cuando ya ha materializado experiencias valiosas, tiende a ser menos paciente.

En ambos casos existen errores de importancia.

La perseverancia debe aplicarse siempre en los actos de la vida y los negocios, más allá de la experiencia que se tenga. Y por otra parte no debe sustituir nunca otras habilidades indispensables para la buena gestión.

Existen objetivos y tareas en el emprendimiento que no se abordan con perseverancia. Y el solo hecho de privilegiarla causa perjuicio.

Esto es como la historia de la puerta que no puede abrirse por mucho que se la empuje, pero tiene un cartel que dice “jale”. Se puede perseverar en los esfuerzos de empujarla y no conseguir nada. Por otra parte, con poca energía se la abre jalándola. Hay situaciones cuyo trato no pasa por la aplicación de gran energía o voluntad, más bien por la básica habilidad de interpretar las señales.

La perseverancia no puede sustituir la imprescindible habilidad de DIRIGIR el negocio. No constituye alternativa a la intuición o el conocimiento del oficio. El emprendedor puede ser más o menos perseverante, pero NUNCA un hombre que no tome decisiones.

En el mundo de los negocios un hombre que toma decisiones es un activo de valor incomparable.

Las condiciones del entorno cambian dramáticamente, y la necesidad de adaptarse a ellos es requisito de sobrevivencia. Cuando se trata de tomar decisiones no se puede vacilar. La propia perseverancia es en los hechos una decisión. En la relación causal, es un efecto, y no puede convertirse en una causa.

Existe una sabiduría ancestral en el arte de dirigir que está constituida por los Principios Estratégicos. Éstos son la experiencia de miles de STRATEGOS en la interacción con muchos conflictos a lo largo de la historia. Esta experiencia genera pautas de comportamiento para la gestión que pocas veces son equivocadas. Uno de los Principios Estratégicos más importantes es convertir el tiempo en aliado. Y a su sombra se desenvuelve ese delicado equilibrio entre perseverar y tomar decisiones.

Cuando el emprendedor se ampara en el Principio Estratégico no comete errores. Activa la perseverancia en tanto ella convierta el tiempo en su aliado, o toma una decisión diferente que conduzca al mismo fin.

La toma de decisiones entra en conflicto con otro elemento que a veces se nutre maliciosamente de la perseverancia: la aversión al riesgo.

Por cada decisión que se toma se asumen riesgos proporcionales. Y existen umbrales diferentes de tolerancia a ellos. En tanto se persevera en una decisión, se evita tomar otras y asumir los riesgos inherentes. De allí que sea más sencillo perseverar que tomar decisiones.

El viaje del emprendedor, desde ésa pequeña estación donde inicia la marcha, hasta aquella en que, eventualmente, se convierte en una importante organización de negocios, es largo y complejo. Los obstáculos son frecuentes y difíciles de superar. Para mantener viaje es indispensable ser perseverante, pero la conducción del vehículo no tiene nada que ver con ello. Depende de la habilidad del conductor y su capacidad de tener claro el destino. Es la habilidad de conducción la que permite superar obstáculos.

El tiempo es el mejor aliado y el peor enemigo. La perseverancia juega en sus entramados y debe hacerlo con cuidado.

No existen muchas historias de éxito asociadas a emprendedores obstinados. Probablemente aquellas pocas que se fundamentan en una chispa de genialidad o visión aguda. La mayoría de los casos exitosos corresponde a hombres que toman decisiones difíciles, sin consideración exhaustiva de los riesgos o el fracaso.

Si cabe preguntarse cuál es el requisito para tomar decisiones apropiadas, y si no se quiere explorar en la personalidad o el carácter, ayuda remitirse a otro Principio Estratégico: conozca su oficio.

El emprendedor debe conocer hasta el detalle más pequeño de su negocio, el mercado y los competidores. La estructura y la gente que lo soporta, las variables y tendencias medioambientales.

El conocimiento del oficio es una tarea que tiene punto de partida pero no final. Es necesario aprender permanentemente para decir que se conoce. La experiencia es un conocimiento asociado al tiempo y no al aula. El conocimiento tiene vínculo, por igual, con libos y fracasos.

El Principio Estratégico hace alusión a un conocimiento integral del oficio a lo largo del tiempo.

Cuando el conocimiento del oficio constituye una obsesión, las bases están dadas para que se tomen decisiones oportunas y correctas. Nada proporciona tanta confianza como el conocimiento.

Allá donde existe un hombre perseverante que conoce su oficio y tiene fe en sí mismo, no solo se halla un negocio exitoso, se encuentra una fuerza vital.

Estos hombres son escasos, pero con un grupo pequeño de ellos se puede cambiar el mundo.

Fuente: https://elstrategos.com/cuidado-con-la-perseverancia/