Existe diferencia más que sutil entre la sabiduría
japonesa y la china. Ésta última tiene raíces en el tratamiento
del conflicto y la adversidad, ambos elementos bastante consustanciados con la
historia del pueblo chino.
La estrategia como elemento de gobierno de las
organizaciones de negocios le debe mucho a la sabiduría china. De allí
provienen los exponentes más importantes de la Estrategia Oriental, que se
diferencia notablemente de la desarrollada en occidente.
La sabiduría japonesa es menos estructurada, vierte su
riqueza en el individuo y su dinámica cotidiana.
Siendo tierra aislada, rodeada de agua y carente de la
riqueza pródiga de otros pedazos del mundo, el pueblo japonés se desarrolló
alrededor de la capacidad de sus hombres y mujeres para efectos de
supervivencia y progreso.
Esta capacidad les permitió emerger de las cenizas de
la última guerra mundial, y por ella continúan en puestos de liderazgo, con una
economía sin fronteras, de reacción instantánea y absolutamente interconectada.
La experiencia japonesa es como pocas en la historia
de la humanidad.
Si se ha de hablar de nación, la japonesa brilla entre
sus pares. Como cultura emprendedora es casi incomprable. La calidad lleva
marca japonesa, la creatividad patente japonesa, la competitividad distinción
japonesa.
En las décadas de 1970 y 1980, el vigor de la economía
japonesa, y su agresivo perfil competitivo, se convirtieron en preocupación
cotidiana en los Estados Unidos. El gigante miraba nuevamente con recelo hacia
el Pacífico. Simultáneamente surgían los “Dragones del Asia”, economías vecinas
que emulaban la experiencia japonesa. Y el tercer mundo vivía al amparo de la
marca “made in Japan”.
El siglo XXI recibe un Japón con perfil más bajo.
Trabajando en el ámbito doméstico para resolver los ineludibles problemas
aparejados al liderazgo. Sigue siendo la tercera economía más importante del
mundo. Uno de los exportadores más grandes del planeta. Pero está nuevamente
dirigiendo sus energías hacia adentro. Como quién comprime el resorte antes de
soltarlo.
El mundo escuchará aún por mucho tiempo de Japón. Y si
se trata de prestarle atención a la sabiduría japonesa, lo habrá hecho con
notable beneficio.
Éste es un modesto resumen de algunos vectores que
tiene la sabiduría japonesa. Magistrales proverbios desde el otro lado del
mundo. Tierra de riqueza humana. Con cuya existencia se basta a sí misma y
sobra para el resto de nosotros:
1.- Si un problema
tiene solución no vale la pena preocuparse por él:
si no se puede solucionar preocuparse es inútil.
2.- Si lo piensas, decídelo.
Si lo decidiste, no lo pienses.
3.- No retengas a quien se va,
ni rechaces a quien llega.
4.- Rápido significa: lento pero sin pausa.
5.- Es mejor ser el enemigo de una
buena persona que el amigo de una mala.
6.- Si no existiera la gente común
tampoco existirían las personas
extraordinarias.
7.- El que quiere subir inventa la escalera.
8.- El marido y la mujer deben ser como
las manos y los ojos: cuando duele la mano, los ojos lloran,
y cuando los ojos lloran las manos secan las lágrimas.
9.- El sol no sabe de buenos,
el sol no sabe de malos. El sol ilumina y calienta
a todos por igual. Quien se encuentra a sí mismo
es como el sol.
10.- Hasta el viaje más largo comienza con
un solo paso
11.- Quien bebe no sabe lo peligroso del
vino, quien no lo bebe no sabe de lo bueno que hay
en él.
12.- Aunque se necesite la espada una sola
vez en la vida, es necesario llevarla consigo siempre.
13.- Las flores bonitas no dan buenos frutos.
14.- La tristeza es como un vestido
rasgado: hay que dejarlo en casa.
15.- Cuando hay amor, hasta las cicatrices
de la viruela son iguales a los hoyuelos en las mejillas.
16.- Nadie tropieza mientras está acostado
en la cama.
17.- Una palabra bondadosa puede calentar tres meses
de invierno.
18.- En el camino deja que los tontos
y los locos pasen primero.
19.- Al dibujar una rama es necesario
escuchar el soplo del viento.
20.- Verifica siete veces antes de cuestionar
a un hombre.
21.- Haz todo lo que puedas, lo demás
déjaselo al destino.
22.- La honestidad excesiva raya
en la estupidez.
23.- La felicidad viene a la casa donde
se ríen.
24.- La victoria pertenece
a aquel que espera media hora más que su oponente.
25.- A veces la hoja se hunde pero
la piedra flota.
26.- No se disparan flechas a una cara
sonriente.
27.- Es posible soportar el arroz
y el té fríos, pero la mirada y las palabras frías son
insoportables.
28.- A los diez años es una maravilla,
a los veinte es un genio, y a los treinta una persona
común.
29.-La mujer puede atravesar la roca
si se lo propone.
30.- Si preguntas sentirás vergüenza
un minuto, si no lo haces sentirás vergüenza toda
la vida.
31.- Un jarrón perfecto nunca ha salido
de las manos de un mal artesano.
32.- No tengas miedo de una pequeña curva
para enderezar una recta.
33.- Los ríos profundos fluyen lentamente.
34.- Si iniciaste el camino por voluntad
propia mil “ri” parecen uno solo. (El ri es una unidad
de medida de longitud japonesa).
35.- La pobreza hace a los ladrones como
el amor a los poetas.
No hay riesgo en afirmar que éste es solo un resúmen
muy avaro de la sabiduría japonesa. Pero basta para entender su profundidad.