Hay una creencia en el ser humano, que todo lo malo, tragico, perverso e
injusto le sucede solamente a alguien más, pero jamás a uno mismo.
De tal premisa se puede avanzar y decir que ¿Por qué exponerse sin necesidad,
a un virus tan agresivamente mortal como los es el COVID19?
Primero, "pienso que nada importa mi vida."
Segundo, "de todas maneras, no voy a durar mucho o de algo uno se tiene que
morir."
De ambas premisas, se infiere el perfil psicologico de este conglomerado
renegado y negativista. Sin importar la latitud en la cual se desarrolle, este
es un individuo, que tomó como normal las conductas aprendidas a lo largo de
su vida; basta echar una mirada a la forma de vivir que va desde la entrega
anímica, hasta el descuido por su entorno-ecosistema y salud en general.
Vemos en estos sectores que se exponen, cree uno sin sentido al contagio
viral, que son sujetos y por extensión comunidades, que abandonan la
realización de proyectos de sustentabilidad a largo plazo en el decurso de su
existencia; sus signos son, convivencia con formas antihigienicas, esto es,
presencia invasiva de basura en su cotidianidad, producto de la falta de
sistemas de recolección y disposición de los desechos sólidos y excretas;
condiciones de habitabilidad precarios, "viviendas" construidas con materiales
permeables a la interperie y carentes de posibilidad real de higienización y
mínimo confort que requiere la vida humana; la exposición desde temprana edad,
a sustancias adictivas y aceleradoras de enfermedades que traen como resultado
muertes prematuras, creando de esta manera que los indices de esperanza de
vida se acorten y una la data psicologica maltrecha empiece a generarse.
Todo ello, aderezado con un abandono de uno de los pilares fundamentales de la
socialización del individuo, como lo es la escuela, la cual pudiera si no
sustituir a la familia ausente o disfuncional, ayudar a modelar la conducta
del educando hacia formas más positivas y productivas de ver y esperar de la
vida.
En fin, el hecho de una población exponerse a un contagio y ulterior muerte,
sí tiene su sentido, así como, su razón de ser. Y no son solamente factores de
índole ecocnómicos, tambien concurren a este fenómeno los factores
psicologicos como: falta de autoesmina, autorrespeto, autorresponsabilidad,
sentido de pertenencia, tanto a una familia, como a una comunidad, así también
como a un país.
Así las cosas, la esperanza de vida subjetiva, empieza en la mente. Cuando la
persona se pregunta y plantea: ¿Cuánto valgo yo? ¿Tengo consideración por mí
mismo? ¿Me rindo cuenta a mí mismo de mis actos y omisiones? ¿Tengo relació
alguna con mi familia, comunidad, país?
Ese cuestionarse constatenmenmte van creando en el diálogo interno,
formidables bases que refuerzan la esperanza de vida subjetiva, es decir,
vista desde interior del individuo hacia su entorno vital.
Como corolario, hasta que no se eduque al ser humano, tomando en considerada
relevancia los elementos planteados ut supra, de nada valdrán campañas
seudoeducativas, creadas sin respeto por el target al cual se quiere alcalzar
e influenciar.
Autor: Miguel Angel Moreno Villarroel